La
banda de Brsitol, tras abarrotar en su última aparición en Madrid La Riviera
hace dos años, hicieron lo propio llenando el recinto en su formato pista sin
gradas: unas 5.000 personas o algo más. Han crecido a base de discos y
actuaciones viscerales jaleadas por una variada tribu de fieles: jóvenes en
busca de iniciáticas emociones, indies y rockeros junto a aficionados no
alineados estéticamente y ¡cómo no!
muchísimas persona con algo de interés y sobre todo curiosidad atraídas bajo el
reclamo de grupo del momento que no hay que perderse según el colega enterado
de turno… que dice que el cantante está loquísimo.
Segundo
concierto europeo de la gira Love Is The Fings, en la que Joe Talbot y los
suyos presentan el controvertido nuevo
trabajo Tangk, en el que rebajan las revoluciones apostando por el post-punk
ruidoso, más que por el punk sin apellidos… y desde el primera momento
despistaron apostando por “IDEA 01” la
canción que abre el nuevo lanzamiento, que sonó más como una intro vacua, que
como su habitual y hercúlea embestida inicial, que llegaría en la siguiente
“Colosus”, y “Gift horse” otro de los pocos momentos de febril exaltación de
Tangk, con el que los primeros pogos se hicieron notar, para no parar con la siguiente
batería de letal metralla en forma de canciones reconocibles de anteriores
discos: “Mr Motivator”, “Mother”, “Smaratinas”… para entonces ya hacia un rato
que el guitarrista
Lee Kiernan se había lanzado a tocar surfeando
sobre las cabezas del público.
Mientras
tanto, Talbot con sus pintas de atleta del este de los 70’ se lo trabajaba de
lo lindo como frontman, moviéndose de un lado para otro, sudando y haciendo
sudar al personal a la vez que lanzaba sus habituales proclamas: peticiones de
alto el fuego, reconocimiento a Gaza y Palestina y soflamas antimonárquicas
fueron recurrentes diatribas a lo largo del conciertos, y que en esta banda no suenan impostadas...
mientras se desesperaba por el sonido de monitores y las guitarras seguían a
todo volumen y no daban respiro, al igual que la contundente y machacona
batería “1049 Gotho” y “The Wheel”
Un
respiro, necesario pero sin perder la
intensidad con “Divne The Conquer” y “Pop Pop Pop” otra de las nueva. Después
con “Television” parecía que todo iba a despegar otra vez, pero… punto de
inflexión para encadenar varías de las nuevas canciones en las que los
sintetizadores y teclados fueron protagonistas en medios tiempos y lentos.
Momentos de idas y venidas para el hidratante bebercio y la urinaria
evacuación, además del merecido descanso de los más enérgicos y sudoríficos
entregados a la causa, también para su carismático líder que daba muestra de
lógica fatiga. Idles entraron en la zona de bajas revoluciones :“Roy”, A Hymn” “Grace”…
y la actuación se empezó a hacer cuesta arriba.
En el tramo final, aún
quedaba materia inflamable para volver a incendiar al público “Never Fight a
Man With a Perm” y otra de las más rabiosas de las nuevas “Dancer”, pero el
empuje inicial ya no era el mismo y aunque Talbot anunció two more songs after two fucking hours... las combativas y esperadas “Danny Nedelko” y “Rottweiller”
se extendieron en exceso junto a una alargada presentación de la banda que se llevó casi quince minutos
entre ambas. Se agradece el esfuerzo y los cada vez menos habituales ciento
veinte minutos de actuación, pero en este caso… sobró. Un concierto de más a
menos, en el que las canciones que marcan el nuevo rumbo estilístico de la
banda no encajaron nada bien.
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