El cuarto disco de los de Brooklin
lo forman veinte canciones y ochenta minutos de duración
no aptos para público de instantáneo consumo sonoro. Grabado en cuatro
antagónicas localizaciones del norte de América. Desde Nueva York a California
pasando por las Montañas Rocosas de Arizona y Colorado en diferentes estudios
de grabación en cuanto a medios técnicos…de los más modernos a los más caseros.
Es por ello que se podría hablar de tres distintas direcciones que funcionan
como tres discos individuales, pero… que consiguen mantener la unidad como
conjunto y es ahí donde este disco se hace importante pues logran despligar un riquísimo
muestrario musical en el que caben varios estilos que se
complementan sin estridencia: country y folk en su versión luminosa ‘Red moon’
o ‘Spud infinity’ animosa fiesta en el que no falta un
luminoso violín ni un saltarín diyeridú,
una de las canciones más estimulantes del disco... pero también los sonidos de
raíz en su versión íntima ‘Dried roses’ o ’12000 lines’.
Tanto unas como otras suenan contemporáneas en arreglos
cercanos al trip hop, dream pop, lo-fi o pop de guitarras entre ritmos
constantes con percusiones sintetizadas con las que inquietan e hipnotizan.
Muestran además delicadas visiones escapistas y oscuras ‘Flower of blood’ o ‘Blurred
view’, más la estimulante y ruidista vía intermedia experimental de ‘Time
escaping’, ‘Wake me up to drive’ o ‘Love, love love”… y como no la
emoción íntima de la ‘Change’, ‘Sparrow’, ‘Promise is pendulum’
y la canción que titula el disco… además de ‘Certainly’ donde la voz de fondo
de Buck
Meekm parece sostener la característica voz de Adrianne Lenker que parece estar
siempre al borde de la fractura.
Para el final… Little Things’ una locura en el que las melodías
encajan entre disonancias varias y minimalismo sincopado que te lleva y te trae
en bucle hasta goce extremo. Un disco que consigue hacer de su extensión una
virtud, para escuchar con calma del tirón y recrearse… perderse y encontrarse
en sus matices o para escuchar por canciones, funciona de ambas maneras.
Disco arriesgado en el que
los arreglos, más que como ornamento funcionan como parte estructural de la canción
con el que consiguen situarse
en ángulos creativos de difícil encuadre que resuelven de manera sobresaliente
y con el que se ponen… a ellos y al resto, el listón muy alto. Hacen de su
extensión virtud, para escuchar con calma del tirón y recrearse… perderse y
encontrarse en sus matices o canción a canción según momentos. Es ya un
clásico.