El ilustrador barcelonés tiene una colosal capacidad para sintetizar
tanto imágenes como textos en páginas de un enorme poder visual y un afilado
sentido del humor… grueso. Entre la proclama inteligente y la sutil reflexión muestra un atinado retrato de la realidad
desde un enfoque cínico y existencial.
Solido y a la vez variado, tanto en el
tipo de dibujo, a veces se impone la línea y las figura y en otras la expresiva
deformación, como en el texto y el color, en sus diferentes tonos opacos que
juega con lucidez entre primeros planos y fondos. Protagonistas estos en algunas
páginas sin texto ni imagen con el color como único referente, quizás para
digerir la anterior bofetada de realidad.
Ecléctico en sus influencias, lo
mismo se acerca al futurismo, “collage” y cartelismo, que al constructivismo, pop-art y fotomontaje en un certero recorrido
por las vanguardias del siglo XX, se
mueve cómodo entre estilos, nos lleva a ellos, pero no se alinea en ninguno,
los utiliza para crear un discurso propio y rotundo.
Aforismos que abordan temas
políticos y sociales eternamente actuales en la mejor tradición de dos
“Ramones” insignes: Gómez de la Serna y sus greguerías en los textos y Valle-Inclán
y su esperpento en las ilustraciones… cerca también del contemporáneo y demoledor
El Roto.
