20 agosto 2023

THE BLACK ANGELS (13-8-23) Plaza Mayor- Gijón. Publicado en la web Ruta 66

El quinteto de Asutin oscureció con su propuesta neopsicodélica y progresiva la aún soleada tarde veraniega gijonesa, y aunque abrieron con «El Jardín», una de las canciones más luminosas ¡dentro de lo posible! de Wilderness of Mirrors -nuevo disco con el que están girando y del que presentaron buena parte de sus numerosas canciones- la lúgubre crudeza se impuso.
 
En generosa hora y tres cuartos largos atrajeron a los asistentes hacia el centro de la tierra, atravesando densas capas de psicodelia granulosa y laberínticas progresiones en bucle, a la vez que descendían por las profundidades de su discografía con material seguro: «Entrance Song» sonó primitivamente melódica, «Young Men Death» en enrabietado ralentí, y en el dilatado bis el recitado mantra de «Snake In The Grass» y la heroica espiral de «Black Grease»
 
Férreos y sin contemplaciones, concentrados en los suyos: sus instrumentos y los del resto de la banda, que se fueron intercambiando diligentemente. Parcos en palabras aunque comunicativos entre ellos, casi huraños, aunque Alex Mass no eludió agradecer la presencia de los aficionados presentes en su opresiva pero sanadora aventura sónica.
 
El pétreo minimalismo de la batería marcó el camino, con la contundente Stephanie Bailey rememorando a Moe Tucker (Velvet Underground es influencia reconocida por la banda) mientras Christian Bland agitaba el enjambre de sonidos de su pedalera de efectos llevando a los pasajeros-espectadores hacía el núcleo terrestre, entre magmas garajeros «Empires Falling» y tántricos «Science Killer», «Dee-Ree Shee» o «The River», más alguna incursión para tomar aire en la superficie ¿pop? con «Firefly». Resonancias reconocibles como un sol de medianoche sobre una corteza críptica y resistente que logró atrapar sin artíficos a los embelesados geonautas.

19 agosto 2023

THE HUMAN LEAGUE (12-8-23) Escenario Playa de Poniente - Gijón. Publicado en la web Ruta 66

De entre las exitosas bandas británicas que en los ochenta abrazaron el techno melódico de sintetizadores y cajas de ritmo (Depeche Mode, Soft Cell, OMD…), los de Sheffield destacaron, además de por su característicos coros, por el pop distinguido y  no abandonar del todo su origen experimental electrónico. Continúan activos cuarenta años después, y aunque nunca se han ido, funcionan más en los escenarios que en sus esporádicas incursiones en los estudios de grabación como así demostraron en templada noche veraniega.
 
En amplio recinto ofrecieron una milimetrada actuación en el que repasaron un irresistible repertorio con el seminal Dare (1981) como protagonista esperado para deleite de los seguidores nostálgicos, pero también y sobre todo, pues son los que realmente calibran el estado real de una banda en concierto gratuito, de buen parte de un púbico curioso, aunque no especialmente conocedor de la banda, salvo en este caso la reconocidísima «Don’t You Wante Me». Seguir ahí, en la brecha es motivo para no perder perspectiva y caer en el revival nostálgico, por eso y sin condescendencia, conjugaron un eficaz entramado de contundentes ritmos sintetizados de batería coloreado por teclados en su versión más pop que sonó muy actual.

Philip Oakey derrochó elegancia, y no solo en sus constantes cambios de vestuario sino (a sus 60 años)  moviéndose grácil micro en mano por cada uno de los recovecos del escenario con la mirada al frente. Carismático y cercano, lejos del divismo de sus contemporáneos, buscando a Joanne Catherall y Susan Ann Sulley en los imprescindibles coros o subiendo al entarimado blanco donde teclados y batería se alineaban al estilo Krafwerk y en el que se proyectaban diferentes imágenes y videos.  
 
Tras las clásicas de Dare: «The Sound Of The Crowd», «The Things That Dreams Are Made Of », «Open Your Heart», «Seconds» se coló The Lebanon» donde apareció por primera vez la guitarra que en el final de la misma se enmaraño como si de los The Jesus and Mary Chain se tratara. Después «Tell Me when» y «Love Action (I Believe In Love)» aportaron el aire desenfadando que requería la noche, para despedirse con su a clamado éxito imprescindible en los recopilatorios del género. En el bis «Being Boiled» oscura y experimental canción con Oakey y una mínima instrumentación al frente y el finalizar con otra incursión de la guitarra, en el festivo y bailable  «Togheter In Electric Dreams». Una hora y veinte minutos que a todos les supo a poco.