Año a año va
creciendo esta propuesta que acerca el country y las músicas de raíz
norteamericanas tanto a los aficionados al género como a los aficionados que
van más allá de lo que marcan las tendencias musicales del momento. En esta
quinta edición, cartel de lujo que presupone miras futuras más altas... veremos.
Lo primero que sorprende al llegar al campo de futbol que alberga los
conciertos es su entorno natural, orientado hacia la cara norte de la cercana
Sierra de Ayllón a la entrada de la pequeña localidad segoviana de Riaza.
Pero mayor supresa
es cuando en el recinto y te encuentras un variopinto público con sus cazadoras
vaqueras, camisas de cuadros, botas de camperas, sombreros tejanos y demás parafernalia
country que se pueden adquirir también en los coloridos puestos de venta. Los
más animosos se lanzaron incluso a marcase unos "Country line dance" colectivos
en los que participaba cualquiera, supiera o no supiera... quien más quien
menos lo intentaba.
Familias de
los pueblos cercanos, urbanitas madrileños, curiosos de cualquier lado... de
diferentes edades y todos mezclados con todos, bailando o sentados en la hierba
comiendo el menú country oficial a la espera del comienzo de las actuaciones,
en un ambiente relajado sin estrés, sin aglomeraciones ni colas... ¡ ni
siquiera para ir al baño !
Pero el
reclamo era el atractivo cartel, que en la jornada inaugural del viernes abrió Jaime
Wyatt. Difícil papeleta para esta joven promesa californiana que se mueve
por las sendas renovadoras del country rock, aunque sin ceder al sonido de los
60' y 70'. Vestida de blanco hasta en el sombreo, centró su repertorio en
presentar casi al completo las canciones de su último disco Felony Blues,
comenzando con "Whising well" y "Stone hotel", que sonaron
vitalistas y que levantaron al público del césped, y continuando con "Misery
& Jim" y "Giving back to beast of me" que sonaron intimas y emocionantes
y con un cierto aire soul pausado. Tanto en unas como en otras, su voz sonaba dulce...
aunque también rugosa, logró un curiosos contrapunto que sobresalió sobre todo
en "Wasco" con la que se despidió... no sin antes llevarse a su
terreno el "Don't be cruel" de Elvis que interpretó muuuuuy
lentamente (irreconocible al principio). Consiguió ganarse al público y
solventó con creces la difícil papeleta de abrir un festival con muchos pesos
pesados.
De la
templada tarde pasamos a la fresca noche... que rápido se calentó con The
Cadillac Three, el trío de Nashville (Tennessee), sorprendió con un
sonido rotundo y potente, mucho más que el plasmado en sus tres buenos discos
en estudio. Desde el inicio "Tennessee", derrocharon actitud y
entrega absoluta. Le dieron una vuelta de tuerca al country rock, "I'm
southern" para convertirlo en hard country, I'm rocking"... y darle
un par de vueltas más para transitar por las sendas más crudas del rock sureño
"The south". La guitarra slide encontraba su espacio con elegancia
entre una batería aceleradísima... mientras los electrizantes riffs de guitarra
sonaban salvajes. La antagónica mezcla funcionaba en canciones como
"Slide" o "Soundtrack to six pack", Las canciones incluidas
de su último disco 'Legacy' hacían intuir algo así... pero no tanto... y es que
también las canciones de su anterior disco 'Burn me in my boots' (el repertorio
se basó principalmente en ambos) sonaron igual de rotundas. Aunque
parecía que haber cambiado el contexto en el que nos encantábamos... la energía
fluía... el público lo pasaba en grande...y no sólo en las filas adelantadas. ¡
Menudo concierto !
Con más frío
ya que fresco... las noches castellanas ya se sabe... John Hyatt,
acompañado de The Goners, banda con la que grabó hace treinta años su
celebrado disco 'Slow turnig'. El de Indianápolis vino a celebrarlo al Huercasa
y revisó el cancionero del citado disco transitando por los diferentes matices
del sonido americano: ritmanblues en "Drive south", blues en
"Trudy and dave", country vitalista en "Tennesse plates"
(que apareció en la BSO de Thelma y Louise versionada por Charli Sexton), algo
de soul en "Feels like rain"... todo ello acompañado en la slide por
el legendario Sonny Landreth, sobresaliente toda la noche, y aplaudidísimo
en la canción que da nombre al disco. También llegaron momentos más
íntimos con Hyatt acompañado solo por el órgano y el cielo raso lleno de
estrellas para tocar "Have a little faith in me" una de las que toco
al margen del disco a presentar. Para finalizar, y también al margen del celebrado
disco aniversario, las sonaros las animadas notas de "Memphis in the
meantime" para rematar una fantástica jornada... sorprendente en todos los
sentidos.