Después de hacer visto hace un mes a Wilco en el Teatro Calderón con un ¡¡¡ excelente sonido !!! volvemos a la cruda realidad. No se que ocurre últimamente con los técnicos de mesa, pero de nuevo nos encontramos con la misma deficiencia, y es una lástima porque una muy buena actuación queda deslucida con un mal sonido, y eso es lo que le ocurrió a M. Ward en la Heineken. Como decía a la salida un fiable seguidor que estuvo en ambos conciertos, "llega un momento en el que prefiero pagar 70 euros y oírlo bien que 20 para hacerlo mal". ¡ Razón !
A pesar de todo, nos sobreponemos y logramos disfrutar de este curioso personaje, que en escena más parece un actor teatral que el líder de una banda rock, y es que logra el de Portland meterte en sus canciones gracias a unas dosis interpretativas valorables (que recuerdan a Adam Green), cómicas a veces, trascendentales otras, pero creíble siempre, y no sólo por sus gestos y poses, sino también por la forma de cantar ¡ como no ! y por la manera de tocar la guitarra con la que descubrimos no sólo a un notable compositor sino además un ¡ virtuosos guitarrista !
Centró su actuación en sus dos últimos discos "Hold time" y "Post-Ward", con los que consiguió que canciones clásicas del folk, country o rock cincuentero sonara actuales y cercanas al pop moderno de guitarras enérgicas y a la vez que cristalinas y luminosas. Con esas premisas abrió sin tregua con "Chinese translation" (se despereza y progresa en lento galope), "Requiem" (medio tiempo que estalla en bombos y platillos), "Rave on" (de Budy Holly adaptada a un ritmo más country), "Epistemologic" (sabrosa en instrumentación), "Fool says" (muy rítmica y con Wartd recitando mas que cantando) y "Posion cup" (hipnótica y cautivadora).
Después llegaron los mejores momentos del concierto (más por que el sonido mejoró cuando las instrumentación se reducía a mínimos), con las envolventes y emocionantes Post-Ward y Hold Time con Ward al piano, que dieron paso a una especie de breve set acústico sin banda con la dylaniana "Sad, sad, song", "Lullaby & exile", con un divertido arreglo de silbido, y "One hundred million year" dónde mostró lo mejor de si como guitarrista, siendo capaz de sacar sonidos inimaginables con acordes y punteos de acústica.
Para el final... de nuevo estallido de guitarras recorriendo varias décadas de rock con la banda de nuevo en escena (nunca una panda de "frikes" fue tan eficaz). De forma acelerada y con el público encandilado arremetieron con tormentosa furia "Magic trick" (intenso gospel festivo), "To save me" y " Never had nobody like you" ( las más celebradas con sus exultante coros y estribillos), que reflejan a la perfección el actual momentos compositivo de Ward, que sin olvidar sus orígenes se abraza al pop de guitarras menos previsible.
¡ Sorpresa para terminar ! (aunque no tanto si seguimos su trayectoria) "Roll over Beethoveen" de Chuk Berry con la sala en punto álgido... para seguir la fiesta en los bises con "To go home" del personal Daniel Johnston, que sonó más emotiva si cabe. Breve pero intensísima actuación de apenas hora y cuarto de duración con un Ward moderadamente simpático pero solvente en lo suyo... las canciones.
Abrieron Delco, de nuevo en la difícil papeleta de teloneros (ya lo hicieron hace meses con The Smithereens). En esta ocasión con más público (iban cogiendo posiciones), y más receptivo, volvieron a mostrarnos sus canciones con la s guitarras y melodías como protagonista. Cada vez más solventes y asentados.
Los jueves en directo de 21:00 a 22:30 a través de las ondas en Radio Utopía 107.3 FM y en la red en www.radioutopia.es
29 junio 2009
24 junio 2009
14 junio 2009
SOCIAL DISTORTION - The Durango Riot - Sex Museum (4-6-09) La Riviera - Madrid
Se presentó Mike Ness con sus Social Distortion para autoafirmarse en sus 30 años de carrera. Así fue ya que la actuación fue un auténtico baño de multitudes de su carismático líder. El californiano, único superviviente desde los inicios, fue ¡ como no ! el centro de atención con su voz lijosa y su pose pendenciera, no se ya si le que queda hueco en el cuerpo para un tatuaje más, o si la camiseta aguantará nuevos aumentos de volumen en sus músculos.
Se juntó una curiosa mezcla de gente entre veterana y juvenil de punks, rockers, bety boops y ... bastantes barbudos y melenudos también que iban avanzando y retrocediendo en busca del pogo en su canción favorita. Todos contentos desde el inicio ya que el de Orange County apretó desde el primer momento con auténticos himnos del calibre de "Don't drag me down", "Ring on fire" (la acelerada versión de Johnny Cash), "Reach for the sky" y "Highway 101" que sonaron brutales pero... infernales por los problemas de sonido habituales en esta sala. Las guitarras eran un muro de ruido indefinible, resulta que nos dimos cuenta que había un teclado por allí atrás y a la voz de Mike Ness tampoco le hicieron justicia los micros... en fin lo del sonido fue de libro y ya van...
... pero poco importó, ya que el público estaba motivadísimo y volcado en gritar cada uno de los himnos-estribillos de sus canciones favoritas, ya que repasó clásicas de todos sus discos. Tras el inicio la cosa se puso bruta con canciones de su primera etapa hardcore-punk como "The creeps", "Anotar statu Of. Minh", o "Mommy's little monster" que tocó un poco con el piloto automático sabiéndose previamente ganador, solo había que ver como se entregaba la gente en los pogos de las primeras filas.
Después vinieron los momentos más exultantes, donde la contundencia y energía de los Distortion se mezclan con emocionante desarrollos melódicos y punteos de guitarra. Así sonaron "Sick boy", "Bad luck" 0 "Ball & chain" donde de nuevo sintiéndose arropado por la masa, las interpretó con algo de autocomplacencia, y es que la gente coreaba estos himnos casi de cabo a rabo.
De ahí al final más himnos, "Prison bound", " Story of my life", ... y algunas que se quedaron en el tintero ya que la actuación fue excesivamente corta, tan solo hora y cuarto. Eran todas las que estaban pero no estaban todas las que eran y así, según salíamos hacia la rivera del Manzaneras, oías comentarios sobre si no a tocado tal o cual... en mi caso Backstreet girl, una excelente versión de los Stones que no suelen tocar mucho. Si con un repertorio como el que tienen hubiera habido un sonido decente no se lo que hubiera pasado, porque a pesar de todo se sudó, se disfrutó mucho y corrió la diversión.
Antes, habían estado calentando bien a los pocos asistentes que querían asegurarse primera fila, The Durango Rito, una banda sueca heredera de los sonidos de bandas de su país como The Hellacopters o Gluecifer e pero con un punto más "stoner" o sucio aunque también rockero (Stones) y garajero contundente (Hives), que presentaron su primer disco "Telemission". Antes aun los clásicos por excelencia de rockerio malasañero Sex Museum que siguen demostrando que son una excelente banda de rock con una trayectoria y evolución meritoria.
Se juntó una curiosa mezcla de gente entre veterana y juvenil de punks, rockers, bety boops y ... bastantes barbudos y melenudos también que iban avanzando y retrocediendo en busca del pogo en su canción favorita. Todos contentos desde el inicio ya que el de Orange County apretó desde el primer momento con auténticos himnos del calibre de "Don't drag me down", "Ring on fire" (la acelerada versión de Johnny Cash), "Reach for the sky" y "Highway 101" que sonaron brutales pero... infernales por los problemas de sonido habituales en esta sala. Las guitarras eran un muro de ruido indefinible, resulta que nos dimos cuenta que había un teclado por allí atrás y a la voz de Mike Ness tampoco le hicieron justicia los micros... en fin lo del sonido fue de libro y ya van...
... pero poco importó, ya que el público estaba motivadísimo y volcado en gritar cada uno de los himnos-estribillos de sus canciones favoritas, ya que repasó clásicas de todos sus discos. Tras el inicio la cosa se puso bruta con canciones de su primera etapa hardcore-punk como "The creeps", "Anotar statu Of. Minh", o "Mommy's little monster" que tocó un poco con el piloto automático sabiéndose previamente ganador, solo había que ver como se entregaba la gente en los pogos de las primeras filas.
Después vinieron los momentos más exultantes, donde la contundencia y energía de los Distortion se mezclan con emocionante desarrollos melódicos y punteos de guitarra. Así sonaron "Sick boy", "Bad luck" 0 "Ball & chain" donde de nuevo sintiéndose arropado por la masa, las interpretó con algo de autocomplacencia, y es que la gente coreaba estos himnos casi de cabo a rabo.
De ahí al final más himnos, "Prison bound", " Story of my life", ... y algunas que se quedaron en el tintero ya que la actuación fue excesivamente corta, tan solo hora y cuarto. Eran todas las que estaban pero no estaban todas las que eran y así, según salíamos hacia la rivera del Manzaneras, oías comentarios sobre si no a tocado tal o cual... en mi caso Backstreet girl, una excelente versión de los Stones que no suelen tocar mucho. Si con un repertorio como el que tienen hubiera habido un sonido decente no se lo que hubiera pasado, porque a pesar de todo se sudó, se disfrutó mucho y corrió la diversión.
Antes, habían estado calentando bien a los pocos asistentes que querían asegurarse primera fila, The Durango Rito, una banda sueca heredera de los sonidos de bandas de su país como The Hellacopters o Gluecifer e pero con un punto más "stoner" o sucio aunque también rockero (Stones) y garajero contundente (Hives), que presentaron su primer disco "Telemission". Antes aun los clásicos por excelencia de rockerio malasañero Sex Museum que siguen demostrando que son una excelente banda de rock con una trayectoria y evolución meritoria.
10 junio 2009
NEIL YOUNG - THE JAYHAWKS - SONIC YOUTH (30-5-09) Primavera Sound - Barcelona
La primera visita del canadiense a nuestro país, fue un ya lejano mes de abril de 1987, precisamente a Barcelona, desde entonces algunas visitas mas (la mas reciente no hace aun un año en el Rock in Río de Madrid), pero nunca de nuevo a la ciudad condal. Veintidós dos años después se mascaba la trascendencia de esta nueva visita y por ello, acertadamente, la organización cedió todo el protagonismo al concierto estrella y es que nunca fue tan difícil coger posiciones no ya en primera... sino en filas intermedias.
Con algo de retraso y la gente ya nerviosa... y sudorosa en exceso en la toma de posiciones, se muestra energético y muy en forma... con ganas, se cuelga y descuelga sin ayuda la guitarra (el concierto del pasado año se le notaba aun renqueante tras el aneurisma cerebral que casi se lo lleva del olimpo de los mitos en vida), empieza eléctrico y con furia, sin reservarse un gramo, casi rabioso sorprende con "Mansion on the hill" y de seguido "Hey hey my my (into the black)" ¡ arrasando desde el principio... y que caras de felicidad desbordada entre la gente. Continuo con "Are you ready for the country" y "Everybody knows this is nowhere"
Muy lamentablemente, estos primeros veinte minutos largos fueron un auténtico desastre de sonido, al principio se oía bajísimo y mal pero cuando se subió el volumen, fue peor... el caos de ruido descontrolado hizo temer lo peor. Nadie se lo merecía pero había tantas ganas que el público se sobrepuso al desastre como pudo y bailó y gritó con más ganas si cabe en medio del infierno.
Pero la cosa cambió y con una versión eléctrica de "Pocahontas" que desconcertó a los no iniciados, las cosas volvieron a la normalidad, ya que acto seguido con dos nuevos platos fuertes como "Cortez the killer" y "Cinnamon girl" la masa si disfrutó de lo lindo en buenas condiciones y con el sonido encarrilada y la banda adelerando. Estábamos ante una actuación más eléctrica que la de su anterior aparición en Madrid, pero no sólo por repertorio sino por empuje.
Estuvo desatado, sobre todo por la comodidad que le da su banda a la que "Rock in Chain" ha bautizado acertadísimamente como los Crazy Horses II. Rick Rosas y Ben Keith, que intercambiaron instrumentos (guitarra, bajo, teclados, pedal steel, …) Chad Cromwell (batería) y Pegi Young su mujer (coros), además de Larry Cragg, su técnico de guitarras, aclamado en sus esporádicas apariciones con el banjo.
Después llegó la parte acústica habitual. Aquí si que varío poco con respecto a otras citas, aunque sorprendió la inclusión de "Unknow legend" y dio la sensación de que tenía más ganas de guitarra (aunque fuera acústica), que de piano. De ahí al final más sorpresas y no parar con "Down by the river" y ¡¡¡ "Rockin' in the free world" !!! rebosantes ambas y con la gente literalmente desbocada. Para el bis de nuevo la versión de The Beatles "A day in the life".
También entraron en el repertorio "Spirit Road" y "Get Behind the Wheel" de su penúltimo y último disco respectivamente que, la verdad sonaron totalmente integradas dentro del chorretón de fuerza y energía con que tocaron las esperadas clásicas, mostrando con ellas un artista aun presente con cosas por decir, sobre todo en directo. La que no entró fue "Like a Hurricane" a pesar de la insistencia de cientos de voces, más bien gritos, que la pedían... y es que el pájaro y el ventilador que forman la parafernalia habitual utilizada en esta canción estaba a la vista pero... por lo visto la tocó dos días después en el concierto de Donosti.
Antes, y en un horario poco habitual, con el sol aun en lo alto, actuaron The Jayhawks. Mark Olson y Gary Louris, centraron su actuación en los dos últimos discos en los que estuvieron juntos antes de que el primero abandonara la banda: "Hollywood town hall" y "Tomorrow the green grass". En el Azkena vitoriano del pasado año está formula funcionó a las mil maravillas y el disfrute fue máximo, pero... aquí aun con un repertorio similar y con una ejecución de las canciones impecables no acabó de funcionar. Pudo ser la hora temprana, que después llegaba el mito... el caso es que faltó algo, al menos a los que vivimos su momento mágico en la capital alavesa.
Difícil la papeleta que tenían Sonic Youth para cerrar la noche y... ¡ la solventaron con nota ! se suponía descarga ruidista y distorsión a raudales, pero en un ejercicio de clarividencia dejaron éxitos fáciles de sus discos de los 90' y se dedicaron a repasar lo que es su nuevo disco "The Eternal". Apartaron los habituales desarrollos experimentales de alto minutaje y mantuvieron al público sorprendido y entretenido con ¡ canciones de tres minutos ! la mayoría de ellas cantada por Kim Gordon mientras Thurston Moore y Lee Ranaldo hacían de las suyas con momentos de locura incluida y Steve Shelley machacaba más contundente que nunca la batería. Los "eternos" neoyorkinos aparecieron como quienteto, yq que se les ha unido Mark Ibold, ex bajista de Pavement. Gratificante e inteligente actuación la suya.
Con algo de retraso y la gente ya nerviosa... y sudorosa en exceso en la toma de posiciones, se muestra energético y muy en forma... con ganas, se cuelga y descuelga sin ayuda la guitarra (el concierto del pasado año se le notaba aun renqueante tras el aneurisma cerebral que casi se lo lleva del olimpo de los mitos en vida), empieza eléctrico y con furia, sin reservarse un gramo, casi rabioso sorprende con "Mansion on the hill" y de seguido "Hey hey my my (into the black)" ¡ arrasando desde el principio... y que caras de felicidad desbordada entre la gente. Continuo con "Are you ready for the country" y "Everybody knows this is nowhere"
Muy lamentablemente, estos primeros veinte minutos largos fueron un auténtico desastre de sonido, al principio se oía bajísimo y mal pero cuando se subió el volumen, fue peor... el caos de ruido descontrolado hizo temer lo peor. Nadie se lo merecía pero había tantas ganas que el público se sobrepuso al desastre como pudo y bailó y gritó con más ganas si cabe en medio del infierno.
Pero la cosa cambió y con una versión eléctrica de "Pocahontas" que desconcertó a los no iniciados, las cosas volvieron a la normalidad, ya que acto seguido con dos nuevos platos fuertes como "Cortez the killer" y "Cinnamon girl" la masa si disfrutó de lo lindo en buenas condiciones y con el sonido encarrilada y la banda adelerando. Estábamos ante una actuación más eléctrica que la de su anterior aparición en Madrid, pero no sólo por repertorio sino por empuje.
Estuvo desatado, sobre todo por la comodidad que le da su banda a la que "Rock in Chain" ha bautizado acertadísimamente como los Crazy Horses II. Rick Rosas y Ben Keith, que intercambiaron instrumentos (guitarra, bajo, teclados, pedal steel, …) Chad Cromwell (batería) y Pegi Young su mujer (coros), además de Larry Cragg, su técnico de guitarras, aclamado en sus esporádicas apariciones con el banjo.
Después llegó la parte acústica habitual. Aquí si que varío poco con respecto a otras citas, aunque sorprendió la inclusión de "Unknow legend" y dio la sensación de que tenía más ganas de guitarra (aunque fuera acústica), que de piano. De ahí al final más sorpresas y no parar con "Down by the river" y ¡¡¡ "Rockin' in the free world" !!! rebosantes ambas y con la gente literalmente desbocada. Para el bis de nuevo la versión de The Beatles "A day in the life".
También entraron en el repertorio "Spirit Road" y "Get Behind the Wheel" de su penúltimo y último disco respectivamente que, la verdad sonaron totalmente integradas dentro del chorretón de fuerza y energía con que tocaron las esperadas clásicas, mostrando con ellas un artista aun presente con cosas por decir, sobre todo en directo. La que no entró fue "Like a Hurricane" a pesar de la insistencia de cientos de voces, más bien gritos, que la pedían... y es que el pájaro y el ventilador que forman la parafernalia habitual utilizada en esta canción estaba a la vista pero... por lo visto la tocó dos días después en el concierto de Donosti.
Memorable… a pesar del desaguisado sónico inicial.
Mansion On The Hill / Hey Hey, My My (Into The Black) / Are you ready for the country/ Everybody Knows This Is Nowhere / Pocahontas / Spirit Road / Cortez The Killer / Cinnamon Girl / Mother Earth / The Needle And The Damage Done / Unknown Legend / Heart Of Gold / Old Man / Down By The River / Get Behind The Wheel / Rockin' In The Free World // A Day In The Life
Mansion On The Hill / Hey Hey, My My (Into The Black) / Are you ready for the country/ Everybody Knows This Is Nowhere / Pocahontas / Spirit Road / Cortez The Killer / Cinnamon Girl / Mother Earth / The Needle And The Damage Done / Unknown Legend / Heart Of Gold / Old Man / Down By The River / Get Behind The Wheel / Rockin' In The Free World // A Day In The Life
Antes, y en un horario poco habitual, con el sol aun en lo alto, actuaron The Jayhawks. Mark Olson y Gary Louris, centraron su actuación en los dos últimos discos en los que estuvieron juntos antes de que el primero abandonara la banda: "Hollywood town hall" y "Tomorrow the green grass". En el Azkena vitoriano del pasado año está formula funcionó a las mil maravillas y el disfrute fue máximo, pero... aquí aun con un repertorio similar y con una ejecución de las canciones impecables no acabó de funcionar. Pudo ser la hora temprana, que después llegaba el mito... el caso es que faltó algo, al menos a los que vivimos su momento mágico en la capital alavesa.
Difícil la papeleta que tenían Sonic Youth para cerrar la noche y... ¡ la solventaron con nota ! se suponía descarga ruidista y distorsión a raudales, pero en un ejercicio de clarividencia dejaron éxitos fáciles de sus discos de los 90' y se dedicaron a repasar lo que es su nuevo disco "The Eternal". Apartaron los habituales desarrollos experimentales de alto minutaje y mantuvieron al público sorprendido y entretenido con ¡ canciones de tres minutos ! la mayoría de ellas cantada por Kim Gordon mientras Thurston Moore y Lee Ranaldo hacían de las suyas con momentos de locura incluida y Steve Shelley machacaba más contundente que nunca la batería. Los "eternos" neoyorkinos aparecieron como quienteto, yq que se les ha unido Mark Ibold, ex bajista de Pavement. Gratificante e inteligente actuación la suya.
06 junio 2009
WILCO + Akron Family (26-5-09) Teatro Calderón - Madrid
Con todo vendido meses antes y con una expectación desbordada, se presentó la banda más influyente de los últimos años. Los de Illinois son referente incontestable a la hora de mostrar lo que es una gran banda de rock (sin etiquetas), que en los albores del fin de la primera década del nuevo siglo, busca un (cada vez más oculto) resquicio, para situar este género al nivel de influencia de tiempos pretéritos.
Con un pasado iniciático impecable (aunque en busca aun de una personalidad propia), una evolución arriesgada pero eficaz (pierden seguidores pero generan debate y atención mediática) que les lleva a un presente brillantísimo e incontestable (generan un consenso inimaginable en una banda de rock), es fácil predecir que su cenit no llegará en un futuro cercano, más bien lo contrario. Forman ya parte de los clásicos en vida y así lo corrobora el interés de los medios generalistas que ven en los de Chicago una banda perfecta para alimentar el “mainstream” generador de beneficios.
Dejamos los datos y pasamos a las emociones. Con solemnidad aparecen en escena todos los músicos, pero no tocan, en breves instantes entra Jeff Tweddy con cazadora vaquera y pantalón oscuro pero sin sombrero esta vez, se agarrara a la acústica y se cuelga la armónica, con un aspecto de Neil Young rejuvenecido comienza en solitario a tocar "Sunken treasure" mientras la banda observa. Parece que se confirman mis sospechas, las butacas, palcos, escenario, poca luz... todo indica una actuación algo más íntima, de acorde al teatro y con tintes acústicos... no estaría mal tampoco pero... el escenario está lleno de cachivaches y a esta banda hay que aprovecharla.
Tweddy despeja enseguida las dudas "Sunken Treasure" da un repentino giro y la banda empieza a aferrarse a sus instrumentos y esta canción se convierte en una renovada versión de la original. Así fue durante gran parte de la actuación, canciones que comienzan con la acústica como protagonista pero que van creciendo y progresando bajo el mando de las guitarras del espectacular Nels Cline y los teclados de Pat Sansone y Martin Jorgensen (también con la guitarra a veces) hasta que Tweedy... con indolencia suelta la acústica y se agarra a la eléctrica para unirse a la caótica banda de la fiesta del ruido y rematar así las canciones
También se disiparon las dudas sobre el repertorio, cabría sospechar que tocarían las canciones de su inminente próximo disco "Wilco (the album), pero no fue así. Interpretaron sólo tres de ellas "Wilco the song", "Bull black nova" y "You never know" que se integraron a la perfección con el amplio historial de canciones que llevan en directo de todos sus discos anteriores. Sorprendió que se centrará, mayoritariamente, en las canciones de "A ghost is born" más que en las de su hasta ahora último "Sky blue sky, aunque no olvidó las de "Yankee hotel Foxtrot" y las inevitables "Shot in the arm" y "Via Chicago" del "Summertheet" o "Misunderstood" más la que abrí el concierto del "Been there" y algunas menos esperadas en los bises como "Hoodoo voodoo" del "Mermaid Avenue" vol1 (uno de sus dos discos juntoa Billy Bragg) o "A magazine called sunset" de su Ep "Australia"
Importaba poco lo que tocaran ya que demostraron ser una superbanda que domina por igual el rock de raíces, el noise rock, pop guitarrero, experimentaciones instrumentales libres, ... hicieron de todo ello y más, con un dominio técnico insultante pero a la vez con calidez y cercanía, controlando y emocionando a un público respetuosísimo, que supo estar a la altura y actuar como cada momento requería, como Tweedy (relajadísimo y más hablador que de costumbre) reconoció. Cuando la situación requería calma se impuso el respeto, pero cuando se tuvo que poner el teatro pata arriba, se puso y bien.
La caótica banda de la fiesta del ruido sonó a las mil maravillas, parecía imposible que aquel maremagnun pudiera distinguirse de una manera tan nítida, pero así fue, además Tweedy cantó como nunca, no se si porque técnicamente sonó todo muy bien (se le entendía perfectamente todo) o porque cada vez canta mejor (diferentes matices en algunas canciones). Increíble como consiguen salir de la tormenta sónica en "Via Chicago" Tweddy y Stirrat (bajo y coros) en el momento preciso y al milímetro, cuando Glen Koetche aporreando la batería parecía estar poniéndoselo más difícil cada vez. Hubo momentos ¡ como no ! para florituras instrumentales como el duelo de guitarras entre Cline y Jorgensen en "Walekn" y "Hoodoo voodoo" que el propio Tweedy, un tanto sorprendido, observaba entre incrédulo y divertido.
Veinticinco canciones entre cielos, cenizas de banderas, lugares pobres, arañas, corazones rotos, ciudades abandonadas.... en una hora y diecisiete minutos que se esfumaron como nube pasajera. Una de las mejores actuaciones que se pueden disfrutar en la actualidad de una de las mejores bandas del momento... y marcando la línea.
1.Sunken treasure, 2.Wilco the song, 3.Humminbird, 4.Hell in chrome, 5.Handshake drugs, 6.I am trying to break your heart, 7. Muzzle of bees, 8.Shot in the arm, 9.At least that what you said, 10.Bull black nova, 11.Jesus etc., 12.You are my face, 13.Imposible germany, 14.Via Chicago, 15.Poor places, 16.Spiders /
17. Misunderstood, 18.You never know, 19.Hate it here, 20.Walken, 21. I’m the man who love me //
22. A magazine called sunset, 23. The late greats, 24. Hoodoo voodoo 25. I’m wheel ///
Abrió la actuación The Akron Family, un trío de Pensylvania de extravagantes frekees ruidosos, con pinta de granjeros locos, que enlazaban pasajes de country-folk rudo y primitivo hasta el extremo, con ritmos tribales africanos y percusiones experimentales. Lograron mantener al público en sus sitio y fueron bastante aplaudidos aun cuando la gente estaba ya con el gusanillo Wilco dentro.
Con un pasado iniciático impecable (aunque en busca aun de una personalidad propia), una evolución arriesgada pero eficaz (pierden seguidores pero generan debate y atención mediática) que les lleva a un presente brillantísimo e incontestable (generan un consenso inimaginable en una banda de rock), es fácil predecir que su cenit no llegará en un futuro cercano, más bien lo contrario. Forman ya parte de los clásicos en vida y así lo corrobora el interés de los medios generalistas que ven en los de Chicago una banda perfecta para alimentar el “mainstream” generador de beneficios.
Dejamos los datos y pasamos a las emociones. Con solemnidad aparecen en escena todos los músicos, pero no tocan, en breves instantes entra Jeff Tweddy con cazadora vaquera y pantalón oscuro pero sin sombrero esta vez, se agarrara a la acústica y se cuelga la armónica, con un aspecto de Neil Young rejuvenecido comienza en solitario a tocar "Sunken treasure" mientras la banda observa. Parece que se confirman mis sospechas, las butacas, palcos, escenario, poca luz... todo indica una actuación algo más íntima, de acorde al teatro y con tintes acústicos... no estaría mal tampoco pero... el escenario está lleno de cachivaches y a esta banda hay que aprovecharla.
Tweddy despeja enseguida las dudas "Sunken Treasure" da un repentino giro y la banda empieza a aferrarse a sus instrumentos y esta canción se convierte en una renovada versión de la original. Así fue durante gran parte de la actuación, canciones que comienzan con la acústica como protagonista pero que van creciendo y progresando bajo el mando de las guitarras del espectacular Nels Cline y los teclados de Pat Sansone y Martin Jorgensen (también con la guitarra a veces) hasta que Tweedy... con indolencia suelta la acústica y se agarra a la eléctrica para unirse a la caótica banda de la fiesta del ruido y rematar así las canciones
También se disiparon las dudas sobre el repertorio, cabría sospechar que tocarían las canciones de su inminente próximo disco "Wilco (the album), pero no fue así. Interpretaron sólo tres de ellas "Wilco the song", "Bull black nova" y "You never know" que se integraron a la perfección con el amplio historial de canciones que llevan en directo de todos sus discos anteriores. Sorprendió que se centrará, mayoritariamente, en las canciones de "A ghost is born" más que en las de su hasta ahora último "Sky blue sky, aunque no olvidó las de "Yankee hotel Foxtrot" y las inevitables "Shot in the arm" y "Via Chicago" del "Summertheet" o "Misunderstood" más la que abrí el concierto del "Been there" y algunas menos esperadas en los bises como "Hoodoo voodoo" del "Mermaid Avenue" vol1 (uno de sus dos discos juntoa Billy Bragg) o "A magazine called sunset" de su Ep "Australia"
Importaba poco lo que tocaran ya que demostraron ser una superbanda que domina por igual el rock de raíces, el noise rock, pop guitarrero, experimentaciones instrumentales libres, ... hicieron de todo ello y más, con un dominio técnico insultante pero a la vez con calidez y cercanía, controlando y emocionando a un público respetuosísimo, que supo estar a la altura y actuar como cada momento requería, como Tweedy (relajadísimo y más hablador que de costumbre) reconoció. Cuando la situación requería calma se impuso el respeto, pero cuando se tuvo que poner el teatro pata arriba, se puso y bien.
La caótica banda de la fiesta del ruido sonó a las mil maravillas, parecía imposible que aquel maremagnun pudiera distinguirse de una manera tan nítida, pero así fue, además Tweedy cantó como nunca, no se si porque técnicamente sonó todo muy bien (se le entendía perfectamente todo) o porque cada vez canta mejor (diferentes matices en algunas canciones). Increíble como consiguen salir de la tormenta sónica en "Via Chicago" Tweddy y Stirrat (bajo y coros) en el momento preciso y al milímetro, cuando Glen Koetche aporreando la batería parecía estar poniéndoselo más difícil cada vez. Hubo momentos ¡ como no ! para florituras instrumentales como el duelo de guitarras entre Cline y Jorgensen en "Walekn" y "Hoodoo voodoo" que el propio Tweedy, un tanto sorprendido, observaba entre incrédulo y divertido.
Veinticinco canciones entre cielos, cenizas de banderas, lugares pobres, arañas, corazones rotos, ciudades abandonadas.... en una hora y diecisiete minutos que se esfumaron como nube pasajera. Una de las mejores actuaciones que se pueden disfrutar en la actualidad de una de las mejores bandas del momento... y marcando la línea.
1.Sunken treasure, 2.Wilco the song, 3.Humminbird, 4.Hell in chrome, 5.Handshake drugs, 6.I am trying to break your heart, 7. Muzzle of bees, 8.Shot in the arm, 9.At least that what you said, 10.Bull black nova, 11.Jesus etc., 12.You are my face, 13.Imposible germany, 14.Via Chicago, 15.Poor places, 16.Spiders /
17. Misunderstood, 18.You never know, 19.Hate it here, 20.Walken, 21. I’m the man who love me //
22. A magazine called sunset, 23. The late greats, 24. Hoodoo voodoo 25. I’m wheel ///
Abrió la actuación The Akron Family, un trío de Pensylvania de extravagantes frekees ruidosos, con pinta de granjeros locos, que enlazaban pasajes de country-folk rudo y primitivo hasta el extremo, con ritmos tribales africanos y percusiones experimentales. Lograron mantener al público en sus sitio y fueron bastante aplaudidos aun cuando la gente estaba ya con el gusanillo Wilco dentro.
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