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| Pigsx7. Foto: Joe Herrero |
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El
pasado año, en la misma Explanada Negra de Madrid Río, esta Fiesta de Barrio,
sufrió la tromba de agua con truenos y relámpagos típica de inicios de junio.
En la otoñal nueva edición, se evitó la tormenta meteorológica, pero no la
sonora, con un cartel en el que las guitarras, en sus variadas propuestas
enérgicas y ruidosas fueron las protagonistas, sonando afiladas en forma de
punk rock y clásico, hard-metal, hardcore, psicodélico, alternativo…
Las
conocidas “inclemencias” ferroviarias sufridas en Madrid el fin de semana,
provocaron retrasos que impidieron al firmante llegar a tiempo para ver a Automatic Lovers, que a las tres
de la tarde y con un sol de justicia, cuantan algunos de los pocos que allí
estaban, rememoraron los sonidos del protopunk
sucio con entrega y devoción absoluta… igual de entregados se les vio en
la primera fila a lo madrileños durante la actuación de Nuevo Catecismo
Católico.
Todavía
con el sol calentando aparecieron los también madrileños Mohama Saz que ofrecieron una propuesta al margen de la jornada,
aunque no tanto. Un sugestivo viaje sonoro que traspasó fronteras: música
andalusí, mediterránea, del Sahel africano, turca y del Indostán con el baglama
(instrumento de cuerda popular en Turquía parecido a la mandolina) como
protagonista en su versión eléctrica (Saz como índica el nombre de la banda)…
huyeron de occidente en lo formal, aunque utilizaron estructuras nada alejadas
del rock, embaucando a un público ya abundante con sonidos cercanos al rock
progresivo, psicodelia kraut o free-jazz.
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Nuevo Catecismo Católico. Foto: Joe Herrero
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Nuevo Catecismo Católico, anunciaron
último concierto, reafirmándose desde que pisaron el escenario con «Aquí Llega Dios», para recordar
el sonido Buenavista, término que en los 90’ definió al crudo sonido rock-punk surgido en los
locales de ensayo de dicho barrio donostiarra. Directos y afilados, mostraron
fiereza y actitud, sobre todo con Gonzalo en la voz que iba frenético y acabó
cayendo por el suelo… poco después de anunciar una versión de una banda de la
que no se acordaba nadie dijo: Trouble de los punkrockers californianos
Blockout y acabar con una vieja canción de su repertorio en ingles, no sin
antes recordar al sello castellonense No Tomorrow… un viaje en el tiempo.
Después
aparecieron Wyldlife banda neoyorkina que ofreció una atractiva… y variada
actuación dentro de los márgenes de punk rock. Sus riffs de guitarra junto a
estribillos enérgicos hicieron al gentío elevar los puños al cielo cubierto ya…
por una noche que empezaba a calentarse en decibélica potencia, también ellos se
fueron creciendo con un frontman entregado a la causa… y sorprendiendo con una
aceleradísima versión de Tom Petty: «You Don't Know How It Feels deTom Petty». Si el año pasado fue Bad Nerves la
banda que subió un peldaño tras su actuación en este festival, este año pueden
ser ellos.
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Wyildlife. Foto: Joe Herrero
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Con
Bala llegó el envolvente y potente torbellino sonoro que provocó que gran parte
de los asistentes quisieran vivir el caos ruidista en primeras filas, al tiempo
que otra buena parte del mismo prefiriera mantenerse expectante desde
posiciones secundarias… y es que el dúo gallego arrasó con su insistente y
petrea bola de ruido que hizo saltar por los aires los paradigmas del hardcore,
stoner, grunge… con el sonido como
principal protagonista por encima de las canciones y de la voz, resultó
sorprendente todo el espectro sonoro producido únicamente por una guitarra… y
una batería machacona con funciones no solo rítmicas. No dieron respiro,
llevando incluso al extremo el «Territorial Pissing»
de Nirvana, que sonó como una apisonadora. Abrumadoras.
Par acabar con las pocas energías
que Bala había dejado en el público aparecieron Pigs, Pigs, Pigs, Pigs, Pigs, Pigs, Pigs. Los de
Newcastle ofrecieron una actuación corta, en la que mostraron su capacidad para
moverse con soltura desde el stoner guitarreo no denso, hasta propuestas más
metaleras y ruidistas en las que el muro de sonido volvió a ser protagonista…
con permiso de su ágil y frenético frontman, que ofreció todo un repertorio de
movimientos sobre el escenario. Todo un espectáculo para cerrar la festiva
noche en el barrio.
