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Lord Diabolik | | | |
Fin de
semana de playa, aunque gris y lluvioso, así que no hubo escusa para salir
del cómodo hotel que da nombre al evento donde se celebró la familiar reunión
rockera… y no perderse ninguna de las propuestas underground en sus
diferentes modalidades: garage, punk, rock&roll, trash roll y mucho más.
La
jornada del VIERNES comenzó aún con
la gente en carretera o registrándose en recepción, abriendo con Marío Malatesta, anunciados con el nombre de su líder, al actuar en
formato básico de eléctrica, acústica y batería sencilla sin bombo, logró
retener a los primeros en llegar con sus narrativas historias de vida hecha
canción, buenas letras para medios tiempos acogedores entre ligeros aires de
rock urbano y arrebatos de R&B stoniano. Solventaron bien la papeleta
horaria con su labia entre canciones, destacando su alegato antiversiones. La
siguiente y antagónica propuesta, aún en horario de siesta, contó con más
público y los primeros pogos con el Capitán
Entresijos que se anunciaba en doble sesión (actúo también el sábado), con
repertorio diferente. Lo que no cambió es su inconfundible y demoledor sonido
de bajo acompañado de machacona batería para, con sus irreverentes y divertidas
historias, abrasar a base de bien con descargas de trash-punk y rock
achicharrado en píldoras breves de crítica ácida y humor corrosivo.
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The Daltonics
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A media tarde se presentaron Macarrones, que ofrecieron una buena
descarga de punk rock clásico en castellano con sus dos afiladas guitarras de limpio
sonido y melodías de estribillo vitalizante. Animadísimos con su desenfrenada y
a todo trapo sesión entre el power-pop más excitante y el rock directo de riff
colorido y resultón. Continuaron The Daltonics
con una propuesta divertida de pub-rock en castellano con el que el quinteto
abrazó la herencia sonora de Doctor Feelgood de quien adaptaron en dicha
lengua uno de sus himno, al igual que hicieron con Fuzztones tirando de infecciosa
harmónica y hacer hasta un guiño a
Batiatto. Guitarreo raca-raca con letras
guasonas sin más trascendencia que pasarlo bien, al igual que su discurso entre
canciones. Después Varonas
ofrecieron una impulsiva y estimulante actuación de punk-rock insistente y
adictivo en melodías y sobre todo, en estribillos de los que no se olvidan. Su
dupla de guitarras eléctricas multiplicó su sonido, también las vitalistas
voces y coros. Adaptaron al castellano el himno surfero de Radio Birdman 'Aloha, Steve & Danno' y el ya un
tanto sobado 'Demoler' de Los Saicos
con su inconfundible ra-ta-ta-ta-ta…
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Comando 9 mm |
Entre sesiones djs en sala adjunta, Comando 9
mm agruparon a todo el personal disperso, para ofrecer una catártica
descarga de punk rock old school, con un empuje y potencia rítmica colosales,
que junto a una guitarra de sonido duro, pero versátil elevaron las canciones de Manolo UVI a
dimensiones sonoras de alto voltaje eléctrico, lo que unido a grandes himnos
punk de letra ajustada al género, lograron enloquecer al publico... y músicos
de otras bandas, el Capitán Entresijos, entre otros tantos entusiastas, saló
espontáneamente a berrear el Antisocial.
Colofón final con Un día en Texas. Entre
los muchos proyectos de indie Tumbita se encuentra Anti-Mums, aquí dándole al bajo… en una apresurada actuación
(probaron sonido al momento) para ofrecer
una trepidante actuación de guitarrero punk, baterías chillones y bajo
taladrante. Letras gruesas y ácidas, en consonancia a la edad del público
asistente. 'Los que quieran sonido tecnológico
vayan abandonando la sala, esto es un show del siglo XX' sentenciaron. Todo
el festival lo era ¡claro! Se acordaron
del inmenso Kike Turmix con canción de homenaje. También con retranca de Coral
Alonso (Aerolíneas Federales) al versionar Soy una punk.
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Sloks |
La presencia internacional llegó con los italianos Sloks,
que ofrecieron un espectáculo en el que el compone teatral mostrado por su
cantante, llegó a hacerse exagerado en los constantes y peligrosos alardes con el
pie de micro que iba y venía pendiente de un hilo entre las cabezas del público. Un espectáculo
que distrajo y opacó las virtudes de una banda brutal, sobre todo con su contundente,
minimalista y machacona batería (no había bajo), junto a las dos guitarras
distorsionantes y la tenebrosa e intimidante voz de su enloquecido frontman, ofrecieron
una intensa oscura y salvaje actuación. Cerraron los jovencísimos Head Holes, que brillaron sobre todo
con la fuerza de una sección rítmica, rotunda en bajo y batería que propició que
las guitarras volaran entre sonidos de hard-rock grandilocuente y contemporáneo
que se acercó además al protopunk clásico y al metal noventero. Como leve pecado
de juventud… trataron de guiar con tópicas palabras al talludo y encanecido
público, todo llegará que van por buen camino.
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The Oompa Loompas |
La
jornada del sábado SÁBADO comenzó al
mediodía The Oompa Loompas, que en
formato trío de guitarra, teclados y batería, despertó a los que no se pierden
ni una, con una revitalizadora propuesta de garage y electrónica guerrera con
la farfisa echando chispas. Sonó perfecto como salvaje aperitivo retro-longue. Después
llegó Lord Diabolik, el enmascarado
dúo de francés con Franki Zwiller al frente ofreció un libertino show en el que
no faltó su polivalencia sonora y lingüística, ni sus peculiares versiones: el
Flamenco de Los Brincos o el Gloria de Van Morrison, que en su inicio alguien
del público confundió con el de Umberto Tozzi... que realmente no hubiera
quedado nada mal ¡en tan bizarro momento! pues el trajeado personaje acabó en
calzoncillos. José Insaciable a
continuación, ofreció otro espectacular actuación de rockabilly,
hillbilly , country y rock que hizo saltar los resortes del mobiliario, con el
inconfundible sonido de las dos gretsch, que escupían fuego desde el escenario,
además de la febril armónica y su diabólico contrabajo. Una larga actuación
donde no faltaron trepidantes versiones de Los Salvajes Los Sirex, Johnny Cash, ¡Barón Rojo!, o
Mermelada, para acabar con Viva las Vegas y El rey… ¡Toma ya!
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Hombre Lobo Internacional |
Hombre Lobo Internacional, la
transmutación de Paul Cheney apareció a primera hora de la tarde y aunque no
había luna y mucho menos llena, oculto bajo su licántropa máscara, ofreció su
inigualable dosis de trash-roll montaraz y aullador. El “one wolf man banda” se
bastó de su básico kit instrumental para morder con su atávico y troglodita
rock de ultratumba... para dar paso a otra descarga castizo-descacharrante del Capitán
Entresijos que regurgitó una nueva dosis de digestiva distorsión estomacal
prestando nuevas canciones de próximo disco, además de recordar algunas de sus
antediluvianas canciones… más vigentes
que nunca. Al rato Mágic Dildoss sorprendió
con una propuesta animada de contagioso grarage pop de aire sixtie con
ramalazos de R&B. Las melodías por momentos sonaban tano a los Kinks más
acelerados con un punto ‘soulero’, como
al sonido fiffty endurecido, en una actuación trepidante y sin fisuras.
Los Wavy Grovies reunieron un montón
de gente que se acercó a los conciertos de la tarde del sábado… y es que aún
quedaba mucho por ver, y lo de los gallegos, fue bastante celebrado. Sonaron
muy bien las guitarras y metieron turra a rabiar con el contrabajo. Versionaron
a los canadiense The Motions, y entre sus arrebatos de R&R y surf-rock ¡como
no! su particular homenaje al célebre
Hey Bo Diddley de dicho pionero del del rock. Asskickers Enmascarados surfearon las imaginarias olas que la
borrascosa noche traía desde la playa cercana. Con sus capas y antifaces cambiaron
las tablas por las guitarras rockabilly-garageras vapuleando también la psique
del personal con el contrabajo.
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Los Wavy Gravies |
Otros que montaron una buena, fueron Thee Braindrops, con la sala a tope
arrasaron a base de garaje rock kamikaze de vocación punk. Conciertazo con el
japonés Shima Bunny como inigualable frontman, se lo pasó en grande y contagio
al eufórico público en su locura compartida subido a una mesa que le colocaron
en el centro de la sala. Acabó con Soy un Salvaje junto a David Clavo cantante
y coopositor de la formación que llegaría a continuación, Fundación Francisco Frankestein que abarrotaron la sala con su punk
ramoniano de incontestables himnos de letras reviradas. En formato de a cinco,
con tres eléctricas, hicieron demasiados parones entre canciones para lo que en
ellos es habitual. En esta ocasión la fina labia de su maestro de ceremonias se
hizo repetitiva y extensa, por lo que se perdió el frenético ritmo de sus actuaciones.
Poco importó, sus canciones fueron coreadas en bloque y se subió Manolo UVI a
cantar 'No se os puede dejar solos'. Después
el citado frontman se cargó parte del desmontable techo. ¡Fue todo muy punk!
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Fundación Francisco Franketein |
El aporte internacional del segundo día vino desde tierras suecas con Moons of Saturn, un trío poderoso como
el trueno, y guitarra de flecha que solivianto los espíritas del entregado
personal con una dosis imbatible de afilado rock crudo de riffs y melodías
aceleradas… y muy pegadizas. Arrolladores, sin fisuras, sin pisar el freno. Un
fiestón con ¿versión Dead Moon incluida? y canción de Bo Diddley de nuevo en la
noche. Curiosamente, hasta la última actuación no apareció una sección de
vientos en todo el fin de semana, lo hizo con Franz Suz con su teatral y cabaretera propuesta, de factura impecable
como su vestuario. No faltaron teclados ni guitarras electrizante para acabar
la noche por todo lo alto en cuanto conciertos, pues siguió con las
sesiones Dj’s, y es que esta ciudad nunca duerme... hasta enlazar con el
aperitivo del día siguiente, con Marcos
Elvis y su show casando gente al estilo Las Vegas.