Día grande en Aranda con la celebración del vigésimo aniversario del festival que reúne a buena parte de las bandas pop del territorio "indie". En uno de los mejores momentos de este sábado, al caer la tarde, aparece Santiago Auserón acompañado por Sexi Sadie. Con el subtítulo de 35 años de canciones, las palabras justas y su despreocupado carisma, ya de inicio domina el escenario con sus canciones y su interpretación de las mismas... junto a esa inconfundible y versátil voz que le sigue permitiendo amoldarse a los diferentes tipos de canciones... y es que repasó sus diferentes etapas musicales y la evolución de las mismas, sobre todo con Radio Futura, aunque sin olvidarse de Juan Perro del que rescató "A la media luna", "Negril" y una destacable "A un perro flaco". Cortesía con la banda mallorquina interpretando en inglés dos de sus canciones, "Scratch in my sky" sonó memorable.
Comenzó con "Annabel Lee" (adaptación de un poema de Edgar Allan Poe) para continuar con la vía festiva en canciones como "A cara o cruz", la aclamadísima "Escuela de calor" o “Veneno en la piel". Dominaba el repertorio de Radio Futura, aunque con sabias incursiones de Juan Perro. "Paseo por la negra flor" puso el listón muy alto, de lo mejor del concierto, para acabar con un público entregado a clásicos como "Han caído los dos" y "La estatua del jardín botánico". Energía, elegancia y grandes canciones para abrir el sábado de aniversario.
Cambio radical para ver a Berri Txarrak, un gusto ver al veterano trío en escenario grande en un festival mayoritariamente pop. Todo un acierto organizativo que los de Lekumberri supieron aprovechar ilustrándonos en el buen uso de la melodía, ya fuera en canciones más metaleras, hardcore o rockeras. Repasaron parte de su extensa discografía, no faltaron clásicas como "Ikasten", "Oreka" o "Oihu" ni las versiones de MGMT y Daft Punk que últimamente llevan al directo para delirio del público. Una actuación enérgica para ganar nuevos seguidores, que los había y salieron encantados.
Mientras en los escenarios grandes se presentan los cabezas de cartel, en muchas ocasiones con los nombres habituales de cada año y actuaciones previsibles... en el tercer escenario se cuelan muy buenas bandas. Es el caso de Eladio y los Seres Queridos, banda gallega liderada por Eladio Santos. Nuestro Jeff Tweedy particular es uno de los mejores compositores de este país, pero las tendencias marcan y sigue ahí... en escenarios medios. Repertorio un tanto aleatorio con "Los dinosaurios" versión del clásico de Charly García, melodías íntimas con "Fuente do araño" y "Agardarei" cantadas en galego o "Viviendo con miedo" y "Tiempo futuro" Canciones impropias de un sábado festivalero a las diez y media de la noche como el propio Eladio señaló ¡ bravo por el riesgo ! aunque también hubo ruido al final en "Con el corazón en la mano" y en una soberbia versión de "La leyenda de tiempo" de Camarón, que presentó en primicia a los allí presentes como parte de su nuevo disco. Sobresaliente.
Vuelta al rock con Ilegales, para como dijo Jorge Martínez maximizar los cincuenta minutos de actuación, escasos para una banda como esta (por lo que representa tanto en la historia del rock como por su actual estado de forma). Los asturianos envolvieron al público en un torbellino de guitarras potentes entre el ruidoso acorde y la el fino punteo, el inconfundible sonido ilegal. Enlazan sin descanso canción tras canción ya sea reciente o de hace treinta años, todo encaja. Citar canciones eterizaría la crónica, todas las que imaginas y más, por recordar el final "Soy un macarra" alargada para presentar a la banda mientras estos se lucían con su instrumento ¡como las bandas rock de toda la vida! y un apocalíptico "Destruye". Fiel a sí mismo Jorge nos instruyó con algunas palabras de autoayuda sobre el bien y el mal, el cielo y el infierno... genio y figura del rock.
Noche de pasar de un extremo a otro, para, en el escenario principal curiosear sin ningún tipo de confianza sobre lo que depararía el concierto sorpresa de la noche, la guinda al pastel del vigésimo aniversario en el momento de máxima plenitud festivalera. Se había rumoreado de todo lo probable e improbable... y si, aunque éramos muchos los incrédulos acertaron los crédulos ¡ aparecieron ! Los Planetas con un repertorio que abarcó los distintos sonidos que han caracterizado, la evolución de los granadinos desde el "noise" noventero hasta la hondura de los sonidos meridionales sin olvidar los viajes psicodélicos. Estallaron fuegos artificiales con los primeros acordes de "Segundo premio", para seguir con un repaso obligado a algunas de las canciones más representativas de su obra: "Corrientes circulares en el tiempo" o "Santos que yo te pinté"... y las nuevas canciones ¡clásicas ya! como las celebradas y emocionantes "Hierro y níquel" o "Espíritu olímpico" y la incisiva cadencia de "Guitarra roja". Jota y los suyos no se inmutaron ante la trascendencia del momento, se mostraron sobrios y eficaces... rotundos en el escenario y cediendo la celebración al protagonista, el público que en "Un buen día" hizo suya la fiesta. Tras rescatar himnos de os noventa como "Jose y yo" o "David y Claudia" aceleraron en la recta final con los himnos directos de pop enérgico como "Alegrías del incendio" o "Pesadilla en el parque de atracciones", para acabar con "De viaje" en el bis. Concierto pleno que no se pudo disfrutar al máximo debido a un sonido excesivamente bajo de volumen. Incomprensible para hacer que la fiesta fuera completa.
Después de eso poco más, La Habitación Roja mantuvo el pulso del pop de guitarras más enérgico con otro buen puñado de clásicos repartidos entre su amplia discografía y en el escenario pequeño Grises ofrecieron una buena dosis de electro rock impulsado por los efectos de guitarra y teclados. Pero no sólo en la noche y la madrugada está presente la música en Sonorama. Desde el medio día y cada vez en más lugares de Aranda proliferan escenarios con propuestas en muchos casos imprescindibles. Este año de nuevo el escenario Charco en el caluroso aunque arbolado Parque de la Isla, mostró las propuestas de más allá del Atlántico. Desde la Plata, Argentina El Mató a un Policía Motorizado ofrecieron una actuación ante un buen número de personas expectantes, que comenzó pausada, coincidiendo con las canciones de su último disco "La síntesis O'Konor", medios tiempos de aires soleados y atemporales como "La noche eterna" o "El tesoro", para desperezarse recordando las canciones de "La dinastía Scorpio" como "Mujeres bellas y hermosas" o "Chica de oro". Antes debieron actuar el legendario combo argentino también Todos tu Muertos pero hubo de posponerse al día siguiente por lo que la fiesta matinal quedó incompleta. Los bonaerenses finalmente actuaron la mañana siguiente, y aunque la presencia de público fue menor, no faltaron fieles que seguidores que les recordaban de sus visitas por nuestro país en los agitados noventas. Apabullaron a base de raggamuffin en "Mandela", "No te la vas a acabar" o "Todo lo daría", hardcore-punk en "Incomunicado" o "Mate", rap en "Por el camino real" o "Trece" y ritmos latinos "Tu alma mía/ Adelita" o "Andate". Realmente difícil clasificar estilos pues muchos de ellos se mezclaron a lo largo de la misma canción. Un torbellino acelerado por los movimientos constantes de Fidel Nadal y Pablo Molina, por los que no parece pasar el tiempo.