Tras publicarse hace un año Super H, disco tributo al Super 8 de Los
Planetas con motivo de su treinta aniversario, el homenaje continúa con este
concierto-festival de diez horas de duración, en el que la mayoría de las
bandas participantes arropan de nuevo a la célebre banda, con una hora de
actuación cada una y mostrando su aportación planetaria más repertorio propio
claro.
A la hora del aperitivo con el
agradable sol otoñal Edu Requejo y Las
Dianas se encargaron de la difícil
tarea de atraer la atención de los primeros asistentes, y lo consiguieron. El
barcelonés, con su ecléctica mezcla de templados sonidos folk, electrónicos,
latinos y urbanos, las granadinas con su desinhibido guitarreo enérgico y
pegadizas melodías. Después, en horario sobremesa y ya con mucho más público
llegó Santiago Motorizado que
presentó canciones de su estreno en solitario El Retorno. El líder de El Mató a un Policía Motorizado, destacó
por su capacidad para enganchar al público con sus cotidianas historias (casi
siempre de relaciones sentimentales), gracias a una particular cadencia, que
consistió en ralentizar las melodías mientras que a la vez y curiosamente, avanzaban y crecían entre
ritmos pausados. Buen ejemplo de ello fue “Pienso en Vos” con su referencia en la letra a Magnetic
Fields y 107 Faunos, también en “La Noche Eterna” que rescató de los
motorizados. También se aceleró a su manera en su aporte planetero “Estos
Últimos días” o “Polvo de Estrellas” que sonó muy Nino Bravo.
Después Triángulo de Amor Bizarro, en formato trío sin teclados, fueron a
degüello con un repertorio frenético y emblemático, que sonó más ruidoso que
nunca, con poco espacio para las brumas post-punk:
la inicial e introductoria “No eres tú” o “ASMR para ti” como intermedio para volver
a tomar impulso y volver a su versión más ruidosa y punk. ¿Quiénes son los
Curanderos?”, “El Fantasma de la Transición”, “El Himno de la Bala”, “Vigilantes
del Espejo” o la última “De la Monarquía a la Criptocracia” sonaron rabiosas al
máximo, e incluso “El fantasma de la transición” o “Baila Sumeria” lo hicieron mucho más embravecidas que en otras ocasiones .
Un concierto a machetazos que no enfundaron ni en su aporte planetario “La Caja
del Diablo” que sonó excitante entre rayos y centellas.
A media tarde llegaron Los Punsetes con el irredento hieratismo de su
cantante por bandera, aunque la única que abrazan es la del sarcasmo y la
incorrección social, volvió a sonar “Me gusta que me pegues”, lanzando
inteligentes diatribas a la diestra y a la siniestra a España y a Madriz, a tu
puto grupo y a tus amigos… que sonaron en enérgico y ruidoso pop guitarrero
como un arsenal de excusas de gente sospechosa. Abrieren con una vieja canción
muy Planetas “Alférez Provisional” y su aporte “Desorden” no desentonó del todo.
Si entre el público hubiera alguien que no los conociera (dudable), alucinaría,
para el resto… al basar su propuesta en las disfrutables y necesarias letras, no
estaría mal renovar con nuevas canciones.
Con el sol oculto y la temperatura
bajando, llegó el momento de Alcalá
Norte banda que el formato festivalero de una hora escasa y cerca
de los cabezas de cartel le va de maravilla. Es lo que hay con un exitazo instantáneo como “La Vida Cañón”
con la que finalizaron su actuación, que se escala rápido aunque no tengas
mucho repertorio. Canción aparte, aprovecharon su oportunidad una noche más,
con su rock electrónico cañero y oscuro muy apto para el baile y la diversión.
Se manejaron bien en esa línea que separa el recitado post-punk contemporáneo
de guitarras y sintetizadores y el pop alternativo ruidoso y melódicos, sonidos
que precisamente son los que les han aupado entre el público joven… y no tanto.
También esa forma de cantar les ayuda, un tanto forzada con su arrastrado deje
desesperado, aunque cuando en canciones como “La calle Elfo” se deja llevar, gana
bastante. Llevaron bien a su terreno el “10K” de los homenajeados, con buenos
teclados, otro de sus puntos fuertes en este concierto.
Cuando llegaron Cala Vento, ya era momento para estar con la chaqueta puesta. El
dúo formado por Aleix Turon y Joan Delgado consiguió llenar mucho con poco,
batería y guitarra, instrumentos que exprimieron hasta l
a última gota de su
electrizante ruido. Un auténtico vendaval de ritmos y melodías arrolladas que
comenzó sin más preámbulo y como declarados seguidores de la tributada banda
con “Si Esta Bien” que comenzaron cantando en castellano para continuarla en
catalán hasta elevar su energía cuatro puntos más allá… para seguir después con
el cuchillo entre los dientes prendiendo la mecha del arsenal con “Gente Como Tú”,
“Equilibrio”, “Conmigo” “Ferrari”, “Abril”…
Con algo más de frio que de fresco,
llegó la hora de los inspiradores del tinglao Los Planetas, que comenzaron como mejor pueden hacerlo en directo,
con los rotundos baquetazos de batería y distorsión guitarrera de “Segundo
Premio”, la canción que daba el pistoletazo de salida a Una semana en el motor de un autobús, para muchos su genuino primer
disco, ya con Erik marcado el ritmo y elevando el universo planetario a niveles
de sonido “estable”.
Teorías más o menos razonables
aparte, y aun cuando la siguiente canción fue el generacional himno “Que puedo
hacer”, volvieron a NO hacer lo esperado, tocar el resto del Super 8, ya lo
habían hecho las bandas anteriores ¿no? salvo algunas como la citada pues
Carolina Durante que participó en el recopilatorio Super H, pero no estuvieron
en directo. Además, ya pasearon el disco entero el año pasado así que… con una
pequeña parte del público decepcionado, ofrecieron un concierto en el que
repasaron buena parte de su prolífica discografía.
Porque... quien puede resistirse a
las grandes canciones: enseguida llegaron casi de seguido “Espíritu Olímpico”,
“Corrientes Circulares en el Tiempo” y “Señora de las Alturas” o quien puede
desmarcarse indiferente antes las melodías que aúnan la tradición jonda con la
moderna distorsión… en su formato etéreo
“Seguiriya del 107 Faunos” o “Islamabad” junto Álvaro Alcalá Norte a la voz… en
su versión más cercana a la pureza “Alegrías de Graná”, o en su exégesis
disruptiva psicotrópica “Romance de Juan de Osuna”. Canciones que Jota
interpretaba con más o menos expresividad… prevaleciendo lo segundo realmente.
Todo
ello mientras se intercalaban canciones de aquí y de allá en una coherente
muestra de lo de antes y lo de ahora, de la canción precisa de estribillo
infalible y eléctrica melodía: “Prueba Esto”, “Un Buen Día” o “Alegrías del
Incendio”… y de las evasivas
desviaciones sonoras de tono etéreo: “Nunca me Entero de Nada”, “Santos que yo
te Pinte” o “Hierro y Níquel”... ¡si
hasta presentaron canción nueva! “Dos Cruces” una especie de ¿bolero jondo?,
antes del “Cumpleaños Total” final con los artistas invitados llenando el
escenario cantando el estribillo a voz en grito. Solo cabe reprocharles los escasos ochenta minutos de actuación que
puso fin a un bonito homenaje de las
bandas al Super 8 como prólogo a Los Planetas que están ya en otra alejada
dimensión, en la de un excelente presente, forjado eso si, a golpe de pasado.