Los jueves en directo de 21:00 a 22:30 a través de las ondas en Radio Utopía 107.3 FM y en la red en www.radioutopia.es
22 diciembre 2007
Tarde de vinilos para el día de nochebuena
En vista de lo bien que lo pasamos y lo chulo que quedó el programa del año pasado, este próximo lunes entre las 17:00 y las 20:00 horas "El Confiscadodr de Sonajeros" y "Rock in Chain" haremos de nuevo el especial vinilos. En directo, un viaje en el tiempo con recuerdos y anécdotas. No faltará el contexto social que logicamente acompaña a estas entrañables rodajas de plástico negro.
14 diciembre 2007
NACHO VEGAS & CRISTINA ROSENVINGE - Verano Fatal (Limbo Starr)
Dos personales y controvertidos mundos condenados a encontrase. Parecía inevitable así que... mejor buscarlo, ya lo dicen en "Un Verano Fatal" la canción estrella de esta colaboración (se intuye, si no duradera, no al menos única), en la que Cristina aporta tres composiciones, Nacho una y comparten tres.
La canción que da título al disco (breve, sólo siete en no más de media hora) es la más significativa, ya que ambos aquí están bastante alejados de sus habituales composiciones y sonidos. Sobre todo Cristina que nos sorprende gratamente con un registro de voz poco habitual pero muy efectivo, alzándose ante riffs eléctricos de guitarra distorsionada y bombo potente. Los coros y la alternancia de voces con Nacho en constante diálogo consiguen crear un ambiente de cercanía que te hace cómplice de sus historias y además... pegadiza y energética ¡ como el buen pop!
En el resto de canciones, los universos personales están más marcados, aunque no por ello dejan de engancharnos, sobre todo "Me he perdido" y "Que nos parta un rayo" donde el country-folk de mandolinas y banjos que en ocasiones practica el asturiano en sus discos, se ve resaltado por la voz y coros de la madrileña.
En "Humo" y "Ayer te vi", es ella la que se muestra. Nos adentramos en terrenos esquivos, las canciones se arrastran en fuga hacia parajes difusos. Pianos y voces protagonizan estos momentos. Un poco como las canciones de su última etapa, aunque también, en "No pierdas lo que das" se cuelan sucias guitarras y distorsiones que recuerdan su estancia en Nueva York y las colaboraciones con Sonic Youth. El disco acaba con "No lloro por ti" una especie de nana en la que la ironía se retuerce cual broma negra en la tradición del mejor Albert Plá.
Por último, no olvidar las letras. Podemos hablar de un disco conceptual en este aspecto, pues todo él es un constante e irónico tira y afloja de autoreferencias propias y ajenas. Él habla de ella, ella habla de él, de cómo se conocieron, que pensaban el uno del otro antes del encuentro. Rizando el rizo también nos cuenta el contexto y momentos de la grabación del disco. ¡ El "making off" ! del disco dentro del mismo disco.
Infinidad de guiños privados y referencias a frases y canciones del uno y de la otra, que harán las delicias de los seguidores de ambos. Disfrutables también aunque seas ajeno a ellas. Memorable cuando Nacho canta eso de... "hago ¡ chas ! y aparezco a tu lado"
La canción que da título al disco (breve, sólo siete en no más de media hora) es la más significativa, ya que ambos aquí están bastante alejados de sus habituales composiciones y sonidos. Sobre todo Cristina que nos sorprende gratamente con un registro de voz poco habitual pero muy efectivo, alzándose ante riffs eléctricos de guitarra distorsionada y bombo potente. Los coros y la alternancia de voces con Nacho en constante diálogo consiguen crear un ambiente de cercanía que te hace cómplice de sus historias y además... pegadiza y energética ¡ como el buen pop!
En el resto de canciones, los universos personales están más marcados, aunque no por ello dejan de engancharnos, sobre todo "Me he perdido" y "Que nos parta un rayo" donde el country-folk de mandolinas y banjos que en ocasiones practica el asturiano en sus discos, se ve resaltado por la voz y coros de la madrileña.
En "Humo" y "Ayer te vi", es ella la que se muestra. Nos adentramos en terrenos esquivos, las canciones se arrastran en fuga hacia parajes difusos. Pianos y voces protagonizan estos momentos. Un poco como las canciones de su última etapa, aunque también, en "No pierdas lo que das" se cuelan sucias guitarras y distorsiones que recuerdan su estancia en Nueva York y las colaboraciones con Sonic Youth. El disco acaba con "No lloro por ti" una especie de nana en la que la ironía se retuerce cual broma negra en la tradición del mejor Albert Plá.
Por último, no olvidar las letras. Podemos hablar de un disco conceptual en este aspecto, pues todo él es un constante e irónico tira y afloja de autoreferencias propias y ajenas. Él habla de ella, ella habla de él, de cómo se conocieron, que pensaban el uno del otro antes del encuentro. Rizando el rizo también nos cuenta el contexto y momentos de la grabación del disco. ¡ El "making off" ! del disco dentro del mismo disco.
Infinidad de guiños privados y referencias a frases y canciones del uno y de la otra, que harán las delicias de los seguidores de ambos. Disfrutables también aunque seas ajeno a ellas. Memorable cuando Nacho canta eso de... "hago ¡ chas ! y aparezco a tu lado"
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