Músico independiente de Bruselas,
tras formar parte de varios grupos, se dedica en solitario a grabar
maquetas con la idea de traducirlas al italiano y contar sus relaciones pasadas.
Contacta con su ‘ex’ para traducirlas, pues ella tiene origen siciliano.
No fue
mal el reencuentro, y a partir de ahí, se monta la banda con ella cantando en
dicha lengua y estrenarse con una curiosa
dualidad de ritmos, los del omnipresente y marcado bajo y los de destartalada y
libérrima batería, pero sobre todo destaca una voz rabiosa, desenfada y
contagiosa que sin llegar al grito, se lanza con velocidad punk unas veces «Si
Fermerà» y recitada en otras «Il caos». Tonos explosivos en lo-fi, que estallan en ritmos repetitivos sobre los
que se acomodan guitarras que cacharrean entre el ruido afilado, juguetón, amable
y pegadizo «Mai Mai Mai», pero también chirriante hasta el exceso «Niente da
Offrire». Una paranoica formula de guitarreo neurótic o con momentos de elegante
italo-pop en la canción titular.
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