Historia
en formato apaisado con una única ilustración por página para un total de
cincuenta, y en el que texto aparece al pie de esa imagen siempre en blanco y
negro y que relaciona dos realidades imposibles… pues sus personaje son, uno de
ficción: Nick Carter detective creado para ser publicado por entregas en 1886
por John R. Coryell y otro histórico: André Breton el escritor y teórico del
surrealismo durante el primer tercio del siglo XX.
Narrada de una forma nada
convencional, pues fluye sin
ataduras por el mundo de los sueños y el simbolismo, además del surrealismo en
el que se inspira. Breton
contrata a su amigo, el detective Carter, para que encuentre algo que le han
robado, algo no concreto y difícilmente explicable, salvo con el término al que
el francés se refiere como ‘el oro del tiempo’.
A partir de ahí, en la búsqueda aparecerá todo un catálogo de personajes reales relacionados con el arte de vanguardia en su manifestación plástica: René Magritte, Max Ernst o Salvador Dalí o literaria: Robert Desnos, Paul Éluard o Louis Aragon. Es además una atrayente y bien planteada propuesta entre dos contextos antagónicos del siglo pasado, el cerebral y elitista de las vanguardias europeas y el emocional y popular comic folletinesco norteamericano.
Estimulante
historia entre el arte avanzado revolucionario y el policiaco detectivesco
clásico, ilustrado magistralmente para perderse en miles de matices, detalles y
diferentes puntos de vista, por el que aparece un divertido animalario de
extravagantes villanos de graciosos nombres como: El Dcotor Quartz, Los
Apuñaladores, El Durmiente Mil Brazos, El Gran Enano… en laberínticas escenas
por las que dejarse llevar por la mirada hasta perderse… y encontrarse.
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