Drama social mitigado con momentos de realismo mágico que… si bien, no
resta credibilidad a la historia (más bien aporta elementos nuevos al género),
no deja de ser bastante previsible en cuanto al ornitológico título, aunque
esto no acabe repercutiendo en el interés por la historia. Contada a través de
una niña de doce años que vive en un degradado suburbio urbano junto a su
hermano algo más mayor, que lleva camino de acabar como el padre de ambos, un
inmaduro y capullo integral que vive del trapicheo y con el que es difícil de
empatizar, a pesar de ser en el fondo, un buen tipo.
Hay rasgos de comedia, a
veces forzada y excesiva, otras más logradas con un montaje y guion muy bien
elaborados al que lleva en volandas la música en forma de canciones. Suena en
momentos precisos “Bug” de Fontanies DC, que es precisamente el nombre del
padre aludido… la propia directora dirigió el video de la canción de los
irlandeses. Frenética por momentos, corriendo cámara en mano y en sucesión de
escenas trepidantes, fluye ágil hasta que aparece el personaje de que da título
a la película, con el que el tiempo parece detenerse para reflexionar sobre una
generación desestructurada. Deslavazada pero emotiva, extenuante y a la vez
sopesada se desnivela definitivamente la balanza del lado positivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario