19 julio 2023

Los osos no existen - JAFAR PANAHI (JH Production). Publicado en la wev Rock and Roll Army

Esta película la empezó a grabar el director iraní en 2021 cerca de la frontera turca por lo que fue detenido y condenado a seis años de prisión dos años después y tras una huelga de hambre es liberado, aunque en las mismas condiciones que anteriormente a su ingreso en prisión y a la espera de un nuevo juicio.
 
Una aparente ficción que en algunos momentos se acerca al género semidocumental que  se convierte en una reflexión sobre el propio poder de la imagen y el cine como posicionamiento político de denuncia. El cine dentro el cine con el propio director y su circunstancia como protagonista del testimonio individual y social que se narra y cuyo título es una metáfora sobre  la situación política de un país en el que poderes invisibles mediante el miedo, controlan la sociedad
 
El director protagonista viaja desde Teherán a una aldea cercana a Turquía para narrar además de su situación, la historia de dos parejas: una en el ámbito tradicional rural y otra en el algo más abierto de la ciudad. Con respecto a la primera historia Panahir se verá envuelto en un malentendido con una fotografía que dicen que ha tomado de la pareja, a parir de ahí se muestra un juego de espejos con la pareja que protagoniza la segunda historia que intenta huir de Irán a Europa con pasaportes falsos. 
 
En el ángulo muerto el director muestra a la pareja urbana como protagonistas ficticios… o no, de la película que furtivamente está grabando en la aldea donde se topa con una realidad conocida, el de las tradiciones ancestrales inmutables, actitudes que nadie cuestiona aún cuando sean poco entendibles ya, o incluso contradictorias con lo que se vive a diario, y con la que los aldeanos justifican sus acciones. La tradición como forma de control de nuevo en referencia al título de la película.
 
Filmada bajo el paraguas del neorrealismo, tanto por convicción, el mismo Panahir describe su obra como “una representación de acontecimientos humanos en forma poética y artística” como por obligación, la falta de medios técnicos y humanos que provoca su situación, en la que es imprescindible además de la conexión a internet, la cámara de grabación doméstica en mano. Una dura pero necesaria película de realista final en la que a pesar de todo no le falta alguno momentos de distensión dramática y cercana a lo cómico.
 

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