22 julio 2023

THE SHEEPDOGS - TENNESSE JET - ELIEN JEWELL - LA PERRA BLANCO (15-7-23) Huercasa Country Festival – Riaza. Publicado en la web Rock & Roll Army

La segunda jornada del festival de la mazorca la abrió con alguna nube dando un respiro, aunque quien no lo dio fue la La Perra Blanco. El trío liderado por la joven Alba Blanco secundada por los experimentados Guillermo González y Jesús López incendiaron la tarde a base de country-blues cañero y rockabilly desbordante. Ataviada igual que aparece en la portada de su Ep “Won’t you come on”, se sobrepuso a  una actuación difícil como ella misma reconoció, pues la cantante y guitarrista no se encontraba aún bien por un reciente covid. Algunos se preguntaban cómo sería verla en plena forma porque  a pesar de su estado y las dificultades con el sonido de una de las guitarras tras romper una cuerdas de otra, ofreció una hora intensa de sonidos viejos dijo, entre dicharacheras ocurrencias sobre su estado físico que no le impidió bajar guitarra en mano del escenario –también el contrabajista- para pisar la hierba y montar un fiestón campestre. Para quitarse el sombrero.
 
Entre breve brisa de atardecer apareció Eilen Jewell. La cantante de Idaho ha estado un tiempo apartada del ruido y curando heridas sentimentales viviendo en una cabaña en el bosque y en el inicio de su actuación fluyó con la acústica sumida en amables medios tiempos de country-blues evocador, rescatando alguna antigua y balsámica canción junto con las nuevas de “Get behind the Wheel” -su regreso- en las que la eléctrica de Jerry Miller brilló sedosa en los momentos precisos. En la segunda mitad del concierto la cantante y compositora de Idaho se abrió con garra a los sonidos del americana y el  rithm&blues, cambiando acústica  por eléctrica, sin olvidar las melodías íntimas. Se acordó de Jackie DeSannon en la animada «Breakaway» y de Loretta Lynn en la muy sentida  «Whispering sea» para, al final aceptar peticiones, la agraciada, la tarantiniana y casi instrumental «Kalimotxo» que tocó entre risas, y así quedó el público agradecido y contento, como ella.
  
Con el fresco de la noche serrana, se presentó por primera vez España Tennesse Jet. El joven ‘one band man’ asentado en Nashville ofreció una sobria e imponente actuación que marcó el camino de la renovación del country. En formato trío y demostró que lleva el género marcado a fuego -viene de familia que ha trabajado en rodeos- dominándolo hasta expandirlo y desmarcarse a su antojo con sonidos alejados de la tradición. Sobre todo en un inicio nada condescendiente, en el que nos con una guitarra saturada y distorsionada y un bombo que el mismo golpeaba con su pie izquierdo, junto a un bajo muy grave y los arañazos de un violín introdujo a los presentes en una tensa espiral de country oscuro y granuloso con momentos de psicodelia cruda y trepanante, mientras se colaba entre canciones el sonido de los diálogos de películas del oeste como si de la jungla se tratase. Sorprendió TJ McFraland, que así se llama el intrépido, llevándose a terrenos insospechados «Creep» de Radiohead, para volver al orden entre arreglos de slide y banjo y mostrar su particular vínculo entre la tradición y la contemporaneidad.
 
Con el frío de la noche todo el mundo se apretó lo que pudo al calor de las primeras filas que The Sheepdogs caldearon aún más. Fin de fiesta por todo lo alto con una banda compacta  engrasada que sin salirse del guión cuajó una disfrutable actuación con las guitarras como protagonista, las de su vocalista Ewan Currie y el recién llegado Ricky Paquette doblándose y complementándose para delicia de un público entregado en el último cartucho de la noche. Rock sureño y hard rock a raudales en su versión más festiva con algunos momentos para el divertimento de sus miembros con sus herramientas sonoras, sobre todo en un par de momentos de lenta psicodelia instrumental y en un exultante final con el teclista Shamus Currie dando un paso al frente del escenario con el trombón de varas entre aires funky-soul, para acabar en duelo de punteos de guitarras con el propio Sammus –chico para todo- como tercer espada, mientras el Ryan Gullen en el bajo ejercía de animador con sus pintas retro. Rock directo para el divertimento instantáneo para finalizar el festival de las mazorcas. 

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