Los
madrileños The Dirty Brown estrenaron en doble sesión su reciente nuevo disco
Shed skin, aparecido apenas un mes antes y con el que vuelven a dar señalaos de
vida desde su ya lejano estreno ‘Goatman said everything’s OK’ (2012)
En la desventrada sala en la que se ha convertido la tripa de esta ballena y en
primera sesión, el quinteto ofreció una actuación sin fisuras, sobria pero a la
vez cercana. Había ya ganas insistía su cantante y armonicista Joe Lapose, aunque
no parecieron notar la inactividad pues sonaros compactos, ayudados por la
excelente acústica de la sala que permitió que las guitarras sonaran impecables
ya fuera en su versión eléctrica, acústica o slide que junto a una colorida
gama de teclados aportó brillo a las canciones.
Comenzaron con algunas antiguas canciones para quizás reavivar sensaciones…
y mostrar de donde vienen, del country rock pantanoso y blusero,… de canciones
con sabor añejo como ‘On the road ahead’ o ‘The rain’ medio tiempo que reflejó
a la perfección ese cruce de caminos entre la narrativa dylaniana y los fangos
del profundo sur… convertidos en lodazal en ‘Lucky bloy blues’ o saltarín
hillbilly apalachense en ‘Hell boogie’, sonidos sobradamente conocidos entre
sus seguidores…
... que con las nuevas canciones disfrutaron de nuevas tonalidades aportados en el
nuevo disco que como indica su título mudan de piel…. Su nueva piel sonó con
brillo oscuro en ‘Isolation’ o ‘She walks’ hipnóticos ambientes con los días de
vino y rosas de Steve Wynn y sus The Dream Syndicate flotando en la sala… sonó
también con brillo melódico en ‘Don’t let us down’ o ‘She walks’ con Drive-by
Truckers y el Dylan eléctrico y radiante colándose entre los poros.
Aunque
no se desprendieron del todo de su anterior piel… en ‘Can’t you feel it coming’
desbordaron rock sureño y ‘Borderline’
sonó a convincente transición creciendo instrumentalmente… y el arrebatador ‘Nobody
knows you’ que cerró la actuación en festivo y emocionante nuevo himno que
marca a una banda abierta a nuevos sonidos, cada vez menos sucia y que colorea
e ilumina su sonido sin abandonar su esencia. Fotos: Gemma Aranda Guti
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