Se
le quedó pequeña la sala a la banda de Nick Saloman, y se veía venir tras
anunciarse que sería la última tras una trayectoria de más 35 años en los
escenarios y una larga producción de unos 25 discos de estudio. ¡Aforo completo
claro! una pena no haberlos disfrutado en una sala de mayor capacidad, la Wurli
sonó bien y tiene encanto, pero por su disposición no ayuda si no estás en las
cotizadas primeras filas cuando algo grande sucede sobre el escenario… como así
fue.
En
todo caso, se pudo vivir una noche excitante en sonido y emocionante en
canciones, y aunque acaban de publicar el doble disco Focus
On Nature
de la que apenas tocaron dos o tres canciones, el concierto se convirtió en un
enérgico y caldeado testamento sónico digno de su brillante carrera,
recorriendo buena parte del legado rock de sus últimas décadas: desde el
power-pop “Flood Warning” a la new-wave “Lights Are Changing”
hasta a Jimmy Hendrix “Magic Potion” (versión The Open
Mind) y Neil Young I’ve Got Eyes In The Back Of
My Head” canciones que en el bis sonaron brutales y condensaron
todo lo que, en algo más de dos horas habían ofrecido.
Eso
sí, tanto lo uno como lo otro, sometido a un endiablado tormento eléctrico de
riffs y punteos de guitarras que incluso en las cadencias más lentas “He’d be a
diamond” y medios tiempos “Johnny Kwango” sonaron feroces. Despedida a lo
grande… de un grande poco reconocido.
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