No es una
obra biografía ni un repaso a la carrera del artista australiano, ni una
entrevista, aunque se presenta bajo el formato de preguntas y respuestas, sino
una conversación en el que el protagonista reflexiona sobre: fe, religión y
espiritualidad, muerte, duelo, sufrimiento... Profundas inquietudes tratados en
profundidad que se solapan en bucle propiciadas por la lógica del devenir del
diálogo.
No elude lo aspectos musicales claro, pero no es una obra para conocer
su música, de hecho lo interesante aquí es comprobar cómo se sitúa el
protagonista ante su propia obra en relación a su evolución como persona y como
reconoce que, por avatares de la vida ha
cambiado su forma de afrontar su música y el mundo -la muerte de su hijo Arthur
en 2019 está muy presente a lo largo de sus páginas-. También The Red Hand
Files donde se abre en canal respondiendo a todo tipo de preguntas. ¡Ojo! no es
un libro fácil por momentos, hay pasajes en los que Nick reconoce no explicarse
bien por la complejidad de ideas que se acumulan en su mente, que aunque brotan
de forma sopesada, son espontaneas. Cae en contradicciones, y es ahí donde gana
peso la figura de Seán como guía que no duda en pedir aclaraciones, puntualizar
o reconducir ideas para el entendimiento, del suyo y del propio Nick incluso.
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