En su tercera entrega, la
artista británica con base en Nueva York se aleja del ejercicio terapéutico
realizado en Breach (2020), en el que exorcizó en forma de canciones el
aislamiento forzoso pandémico y la soledad de una primera gira europea. Aquí se
deja llevar ordenando el desastre particular, tomando distancia en una imagen a
escala que relativiza aunque no olvida sus peores momentos vividos.
Las
melodías lánguidas sobre su temblorosa voz «In My Own Time» rebosa fragilidad, sigue
siendo su mejor aval, pero ahora se abordan desde espacios anímicos luminosos y
acogedores. Ayuda la producción de Brad Cook (Hurry for the Riff Raff o The War
on Drugs) que le hace jugar con las guitarras: «Map of Japan» arrebatado riff distorsionado -guiño a «Wallk on the wild side»- o en
antagónicos y pizpiretos punteos «2+2», «Dawcolored Horse»
donde la seis cuerdas y a la batería crecen tensas en épica liviana
o «Light light Up» con su
reconfortante y alegre tintineo. Fenne entra en zona templada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario