Se edita por primera vez en
castellano la primera publicación de la joven dibujante de
New Jersey, que con tan solo diecinueve años sorprendió en 2015 con esta
madura obra en la que el escenario es igual o más importante que la historia
que cuenta… y en la que hay que dejarse llevar sin buscar muchas explicaciones.
Está ambientada en un inmenso palacio, donde una familia y su personal
doméstico de confianza se encierran para pasar un invierno que durará tres
años. Un palacio de amplios ventanales y habitaciones altísimas y prácticamente
diáfanas que consiguen curiosamente crear una atmósfera claustrofóbica. En
dichos espacios viven el protagonista, un niño enfermo acompañado de un gato
gigante y su hermana melliza que conviven con el resto de personajes en un halo
de vacio e indefinición no solo impuesto por la impotente arquitectura sino por
los nada definidos sucesos que les acerca y aleja. Los personajes parecen
actuar en relación a sucesos relacionados con un pasado que no se muestra con
detalle, se intuyen e interpretan acontecimientos que afectan al presente, pero
no explican del todo.
Es precisamente esa sensación de no saber realmente que
ocurre, lo que hace atractiva la obra, que… aunque está dividida en tres partes,
la ambigüedad se impone a un orden lógico dominando finalmente un frío
simbolismo en esta inclasificable y atrayente novela gráfica.
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