Tenso
thriller rural psicológico que narra la confrontación entre dos familias que
ven y viven distintas realidades con respecto al territorio que habitan reflejado
además en el conflicto entre el lugareño y el foráneo. Por un lado, una pareja
francesa se instala en una aislada aldea gallega con la intención de poner en
marcha su proyecto de vida, con actividades tradicionales cercanas a la
naturaleza y el mundo tradicional: vender productos de sus huerto en el mercado
local y restauras casas para atraer visitante y evitar la despoblación. Una idea
de vida al margen de las asfixiantes reglas del mercado. Por otro lado una
familia autóctona con la pesada carga del ingrato y poco productivo trabajo
agrícola y ganadero soportado generación tras generación. Viven pared con pared
en el disperso hábitat rural gallego.
La
propuesta de una multinacional dedicada a la explotación de energía eólica para
instalar aerogeneradores eléctricos generará la discordia, ya que o venden
todos los propietarios o la compañía no compra. Es en este irreconciliable
cruce de caminos en el que amabas familias entrarán en conflicto. Los unos ven
una oportunidad única para cambiar de vida y alejarse precisamente de sus
orígenes para buscar una posible nueva vida en la ciudad, para los otros será
una amenaza del mundo del que precisamente tratan de escapar. Cada postura se
carga de razón con buenos argumentos en defensa de sus intereses… de nuevo las
energías renovables de fondo como en la película Alcarrias comentada en esta
misma web.
Conflicto
como metáfora entre la legitimidad sobre decidir ¿quién impone su derecho sobre
el territorio?, quien vive desde siempre o el recién llegado que la defiende.
La familia nativa recurre a la intimidación y el amedrentamiento. Momento en el
que en la primera parte de la trama aparece la tensión y violencia interna
psicológica que se materializa también en externa y física que el uso de la
cámara en mano dota de un realismo… perturbador.
Los
mejores momentos se producen e cambio cuando en los diálogos en los que ambas
posturas intentan buscar una solución al conflicto. Espectacular duelo en el
que, como si de un western se tratara se produce un crucial diálogo a muerte en
lugar de en un árido y polvoriento salón de un poblado del lejano oeste
norteamericano, en una húmeda y oscura taberna de una aldea gallega en
excepcional plano secuencia.
Complejas
personalidad excelentemente interpretadas por los hermanos Anta, (Luis Zahera y
Diego Anido), la pareja formada por Antoine (Denis Menochet) y Olga (Marina Foïs) esta última protagonista
absoluta de la segunda parte en el que la violencia no se evidencia esta en el
ambiente en de desasosegante suspense.
Excelentes interpretaciones sobre todo la de Luis Zahera que solo verle…
y oírle da miedo. La naturaleza también aporta, la densidad y oscuridad del
noroeste peninsular y la noche como amenaza… siendo pocos las escenas luminosas
relacionadas a momentos de esperanza. La segunda parte cambia y aunque menos
espectacular supera a la primera pues el duelo continúa bajo parámetros
totalmente distintos… y sorprendentes.
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