La banda de Jeff Tweddy tras algunos
discos un tanto anodinos e incluso olvidables, regresa a los orígenes en esta
extensa colección de pequeñas historias que reflejan, repartidas a lo largo de
2
1 canciones, las inquietudes personales de su autor.
1 canciones, las inquietudes personales de su autor.
Canciones sencillas y directas en
estructuras y letras, alejadas del sugestivo entramado instrumental que
caracteriza a la banda de Chicago en sus discos más célebres. En este trabajo,
entre el country y el pop de cámara, los arreglos suenas cristalinos como si de
una humilde orquesta se tratara, lejos del armazón sinfónico que les hace
inconfundibles. La grabación conjunta en
el estudio con todos los componentes, ha ayudado a crear cálidas melodías que
envuelven al oyente en un disco perdurable que desde parámetros musicales
diferentes pero ya conocidos, sitúan a la banda de nuevo en las sendas de la
excelencia creativa.
La voz de Tweedy, acompañada de la
acústica, crece en medios tiempos: desperezándose en la inicial ‘I am my
mother’ o en alegre trote ‘Hinds’ y muestra nuevos registros propios de la edad
en ‘Ambulance’ un bonito coutnry acompañado únicamente por su guitarra o en la
áspera y sensible ‘The universe’. Sonidos de raíz que en su versión amable ‘A
life time to find’ aparecen en y hasta en su versión bailable ‘Falling apart
(right now)’.
La excepcionalmente extensa e íntima
‘Many words’ junto a la progresiva ‘Birth without a tail/Base of my skull’
hacen recordar pasados episodios en el los que la instrumentación se impone… en
este caso de forma tenue, no en el habitual
ruido. Dos canciones que sitúan a Wilco entre lo que han sido y lo que
son. Aunque extenso en minutos, es un disco que se saborea del tirón… ¡y sabe
gloria! en el involuciona para, precisamente progresar y mirar a un futuro que seguro
proporcionará todavía grandes
momentos.
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