Como
parte del ciclo Sound Isidro y con la gente mayoritariamente optando por la
opción festivalera del Tomvistas, que
eclipsó la oferta musical del fin de semana en la capital, un buen número de
aficionados, bastante más de los esperados a priori, se acercaron al pequeño
templo del pop alternativo sito en el corazón de Malasaña para presenciar la
primera visita de la banda canadiense por la geografía peninsular. Vinieron con
su último trabajo The Neon Gate (Paradise
of Bachelors, 2024), literalmente bajo el brazo, aunque tocaron una muestra
de su repertorio que consta de cuatro discos más de estudio publicados durante
sus diez años de carrera.
Con
espacio y sin agobios en la horizontal sala, los de Halifax en formato de a
cinco, ofrecieron un luminoso concierto de folk psicodélico «Passageway», con algo de
jungle pop ligero y sugestivo «Dark Mistery Enigma Bird» . Nigel Chapman su cantante y compositor marcó la
pauta en medios tipos de melodía templada junto unos teclados que en momentos necesarios aparecían para fijar la imagen
de la costa oeste en el imaginario del personal, mientras los ritmos avanzaban
en leve trote hasta llegar, sin prisas a galopar para que apareciera el
estallido eléctrico en su versión más contenida.
No
faltaron de su último trabajo «Demons»
y «I See Phantoms
of Hatred and of the Heart’s Fullness and of the Coming Emptiness»
–¡vaya con el nombrecito oiga! – adaptaciones de poemas de Alexander Pushkin
y W.B. Yeats en recitado, con la banda aportando el sonido justo para realzar
la voz de su rubio cantante… y acabar teniendo en el bis protagonismo
instrumental propio con una de su canciones más antiguas «No Fear Of Hellfire» un infinito viaje sonoro de batería y
bajo… motóricos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario