Sencilla historia de un hombre (retraído y con
escasas dotes sociales) y una mujer (con problemas de movilidad e
incontinencia), cuyas familias conciertan su casamiento. Juntos, comienzan una
nueva vida en la que sobreviven con extrema dignidad y un esfuerzo titánico:
siembran, recolectan, criban, transportas, crían animales e incluso construyen
su propia casa bajo condiciones adversas. En el contexto de una China rural
pretecnológica, que choca con las nuevas políticas del gigante asiático en
busca de una modernidad entendida bajo implacables parámetros capitalistas, que
aquí se refleja en forma de despiadada especulación urbanística que expulsa a
la población hacia las impersonales ciudades despojándoles de su identidad cultural.
Mientras esto ocurre, de las penalidades va surgiendo entre la pareja el
respecto y la solidaridad, que se tornará en cariño y definitivo amor: sosegado,
silencioso, elegíaco finalmente. Es además un retrato neorrealista de un mundo
que desaparece, un drama del vacío territorial que muestra, sin recrearse en lo
sórdido, las condiciones de pobreza de las aldeas tradicionales. Una crítica
poética de un mundo deshumanizado que se desvanece en su pasado, filmado con
luminosidad crítica que comparte global grito de protesta con otras como la Utama
o Alcarrás.
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