El quinteto madrileño -que toma su curioso y
sonoro nombre de la película mexicana de los 60 con Pancho Villa y la
revolución como protagonistas- en su estreno en formato largo –diez canónicas
canciones para el formato vinilo- cabalga en briosos guitarreo que fluye unas
veces denso y ochentero «Magante y mecenas», otras afilado y noventero «Al
pueblo» pero siempre retorciéndose entre
un muro distorsionado… sobre la que
se alza brillante una línea de teclados cristalinos. Son precisamente éstos,
muy presentes a lo largo del disco, los que dotan al conjunto de un curioso contraste que singulariza a la
banda.
No solo eso, también una voz que parece arrastrase nostálgica con cierta
épica «Postas» entre surrealistas letras «Langosta», provocan el interés por
este estreno de contrastes que sin perder identidad abarca desde pop luminoso
«Chica demasiado» y extremo «Cenicero»
hasta ráfagas de postpunk «Ensayo-error».Entre ellas «Las grandes cosas» que no
desentonaría en la pista de baile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario