Nueva
visita de los de Boston, para presentar esta vez su nuevo trabajo Doggerel, en
un pabellón que aún limitando su aforo a la pista y gradas de fondo, no llegó a
estar abarrotado. De hecho había bastante espacio para moverse cómodamente por
el recinto, a diferencia de otras actuaciones de menor renombre y mismo
formato.
Que
las muñecas de Frak Black y David Lovering han perdido nervio en la guitarra y
batería es un hecho lógico inherente a la edad, aún así lograron inyectar
velocidad a un inicio de concierto en el que con frescura sonaron instantáneos
himnos juveniles de a dos minutos: ‘Cactus’, ‘Brick is Red’, ‘Ana’, ‘Break My Body’…
junto a las imprescindibles y excitantes ‘Vamos’ y ‘Here Comes Your Man’. Con
tanto repertorio ganador se permitieron iniciar la noche como si de un
pirotécnico bis se tratase.
Extroversión
sonora en habitual introversión escénica y en sobrio decorado, el cuarteto siempre
ha sido de poco hablar y mucho tocar; y así fue en la segunda parte de la
actuación, en la que prestaron casi íntegro su último trabajo. Loable defensa
de unas canciones con las que quieren mantenerse en presente y que… sin
apasionar, fueron recibidas con atención y algunos atisbos de agitación cuando
sonaron ‘There is a Moon On’ y ‘Haunted house’. Valorable actitud, pero fueron
los momentos para la cerveza.
Volviendo
al repertorio de la pentalogía que les hizo célebres e influyentes a finales de
los 80’ e inicios de los 90’, lograron fijar de nuevo toda la atención en
ellos, sobre todo en hipnóticos medios tiempos oscuros, como ‘Hey’, ‘Gouge
away’ y ‘Caribou’ que funcionaron de maravilla y más adecuadas a su actual estatus de veterarnos…
para acabar con una irresistible batería
de imbatibles ases ganadores: ‘Head on’, ya más suya que de Jesus and Mary
Chain, ‘Debaser’, ‘Wave of Mutilation’, ‘Isla de Encanta’, ‘Crackity Jones’…
para acabar en un total de dos horas bien aprovechadas y del tirón, sosegando con
‘Where is my mind?’ y la festiva versión de Neil Young ‘Winterlong’
Equilibrada
actuación entre lo que el público espera de ellos y lo que ellos quieren y son
actualmente. Una banda que no vive de su pasado, aunque su legado, al menos en
directo, aún suena actual y convincente.
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