Como indican en el título
de su cuarta entrega, el cuarteto ahora reconvertido a dúo -Bambi y Cole Browning- parece recrear un
universo paralelo al margen de sus anteriores discos, alejándose del pop sintetizado
para adentrarse en un drempop de guitarras y baterías de querencia noventera.
Consiguen atrapar con poco pero bien equilibrado, con una voz de ensueño como
protagonista que se alza entre un entramado instrumental de guitarras concisas
y baterías básicas «Like a dog» que se desborda en eléctrico caos «In your backyard»
Los de Oregon no
renuncian del todo a los sintetizadores de cadencia suave «Jump» situada como epílogo de
un disco en el que se adentran sin miedo… y sin estridencias en los terrenos
del tropicalismo ligero y bailable «Go away» o «Someone I know», incluso experimentan con atmósferas progresivas «I can’t hide», aunque son más los
momentos en los que todo fluye entre el infalible y adictivo orden melódico de
ritmos precisos y voz reposada «Feel fine» o «Take it».
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