En
oportuno horario de media tarde y con la mayor parte del público sentado, los
de Portland regresaron al mismo escenario en el que hace dos años presentaron
The Imperial (Decor 2019). En esta ocasión el turno era para The Sea Drift (Decor
2022), aunque el alabado por crítica y público disco anterior, fue el
protagonista, copando buena parte del repertorio.
Tras
una breve introducción instrumental,
aparece Amy Boone ante el sepulcral silencio del respetuoso público que…
asiente -asombrados algunos que descubren por primera vez su voz- ante su sedosa y negroide tonalidad, que se
eleva entre trompetas aterciopeladas
«Lynettes’s Lament» y se arranca con levedad entre teclados «The
imperial» y arrebatos mínimos, como si de un sentido góspel se tratara «Don’t Miss
Your Bus Lorraine»
Noqueados
al primera asalto, entre una elegante atmósfera en la que se difuminaba la delgada línea que divide la tensión de la
distensión y la contención del despegue. No se oye un alma en «Surfesr in
Twiling», hasta el punto de llegarse a apreciar
el necesario aire acondicionado de la sala, entre lentísimo sonido de trompeta
y punteos de guitarra casi imperceptibles para, con los mismos instrumentos, galopar con tacto «Holly the Hustle».
Cariñosa
y muy agradecida con todos: promotor, rodies y las ciudades de la gira que
acababa en la capital, Amy comparte con Willy Vlautin compositor y guitarrista
de la banda, el protagonismo vocal en «My Blood Blest The Darkes Blues»
cinematográfico y épico western que
comenzó con la voz de él, y continuó con la de ella, finalizando con un emocionante duelo amistoso entre ambos,
que en el climax contó con la aparición de un inesperado intruso sonoro, las
sirenas de la policía que se hicieron perceptibles, pero no pertinentes desde
el exterior… ¡cierren las puestas!
Breve
anécdota a aparte, la magia continúo con el silencio bañando la sala entre
espaciados golpes de tecla y voz
parsimoniosa y solemne «Roll Back My Life»
para finalizar entre coutry-soul animado
«Left Hook Like Fraizie» y apogeo instrumental.
«Drowing
In Plain Shight» con la nítida precisión de Freddy Trujillo y Sean Odhan al
bajo y batería, y Cory Gray
¡inconmensurable toda la tarde! con las teclas y vientos. En el bis, las
emociones afloran por la epidermis «Waiting For Tthe Blues» recordó a Beth
Gibbons-Portishead en Roats; y «Let’s Be Us Again» enardeció al público tras
hora y media de acogedora e intensa actuación que finalizó como empezó, con Amy
despidiéndose y dejando a los músicos acabar solos en el escenario. Una delicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario