El año pasado se
estrenaron con el recomendable New Long Leg, en el que los del South London se
sumergían con vehemencia en las ondulantes brumas del post-punk contemporáneo.
A la preceptiva melodía de guitarra oscura tintada de toques electrónicos y
marcados ritmos de bajo, le añadieron una novedosa fusión de cadencias
arrítmicas y armonías contundentes en febril combate, que junto a una
personalísima fonética recitada en denso spoken world, dotaron a la banda de
distintivo propio (necesario para destacar entre el exceso de propuestas que
oferta el género en la actualidad).
En ésta segunda entrega, perdido el factor
sorpresa, la banda explora con tiento sonidos más expansivos y paisajes sonoros
más sutiles, aunque con un pie en tierra, pues no abandonan los sonidos
citados. Más abstractos si acaso «Anna Calls From The Arctic» flota entre repetitivos y tenues arreglos de
viento y teclados jazz-lounge y «Driver's Story» turba y embriaga mientras se destensa, mientras «No Decent Shoes for Rain» extrema la distensión hasta
deshacerse despojándose de instrumentación. Todo ello reforzado por la voz de Florence Shaw, apática unas veces, desvaída
otras, atractiva y sugerente siempre para… volver a su particular orden,
previsible pero eficaz en su regreso a puerto seguro -la escena del barrio del
que proceden- compartiendo actitud, pero también tangencialmente sonido, en los
“estallidos” de energía pop «Gary
Asbhy» o “punk” «Don't Press Me». Avanzan firmes pero sin soltar lastre.
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