Aunque alejado ya de los postulados Dogma 95 con el que se buscaba recuperar la pureza del cine estableciendo estrictas reglas para simplificar la producción de las películas, Thomas Vinterberg nos presenta un hisotira que comienza con un nutrido grupo de adolescentes en luminosa pero abusiva celebración alcohólica y se cierra con su fiesta de graduación compartida con sus profesores.
Entre un hecho y otro, se describe la realidad que vive Dinamarca con respecto al alcohol, con una altísima tasa de mortalidad por alcoholismo 7,10 muertes por 100.000 habitantes (en España son 0,49 por 100.000).
Una realidad con la que reflexionar, ¿son estas cifras provocadas por otras realidades escondidas, o al menos no tan presentes… como las crisis asociadas a la edad, las relaciones familiares y parejas de larga duración o el aislamiento y la soledad,? ¿O son precisamente estás realidades un reflejo de un fracaso social que lleva al alcoholismo? Cuestión latente en la relación del principal protagonista y su mujer, muy bien planteada en el ejemplo de charla de la cafetería.
Partiendo de la teoría del psiquiatra y escritor noruego Finn Skårderud, que afirma que los humanos nacemos con un déficit de 0,05% de alcohol en la sangre, y que es beneficioso compensar esa diferencia, cuatro desmotivándoos y anodinos compañeros de profesión docente encabezados por un convincente Mads Mikkelsen en el papel de profesor de historia, deciden llevar la teoría a la práctica.
Desde ese momento la narración virará inteligentemente de la comedia a la tragedia según los síntomas benéficos o perjudiciales que el doble filo del alcohol va provocando. Diversión y humor que ocultan inseguridades y fracasos.
Recomendable película que expone los abusos del alcohol sin maniqueísmos ni moralejas, como protesta adolescente que reclama ser adulta y última oportunidad de unos adultos que reclama la adolescencia.
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