Dicho
esto, el frío e impersonal cubículo, aunque con buen sonido que es esta sala
blanca del LAVA vallisoletano, fue el escenario por el que Jorge y los suyos volvieron
a arrasar con una potencia y energía arrolladora en la presentación de su
último disco 'Rebelión'. Con un público entusiasta pero no tan entregado como
en otros lugares, aunque con las primeras filas pogueando y berreando
sudorosos, fueron despachando un repertorio en el que se mezclaban canciones de
todos los tiempos que sonaron compactas y homogéneas, no muy alejado al que
vienen ofreciendo en
esta gira y es que Ilegales lleva una batería larga de canciones, unas
cuarenta, que van soltando en tandas continuas sin descanso según le viene a
Jorge.
Dicharachero
como siempre, hizo agudas observaciones sobre temas universales y por tanto
actuales "la rebelión en estos momentos no solo es deseable, es
imprescindible" o sobre aspectos más mundanos sobre la
conveniencia de unos alcoholes u otros "el cubata me sienta como el
culo, pero el vino me deja sin voz" sin perderle la cara a un
repertorio que sonó rabiosos, pero a la vez elegante y es que da igual donde
estén, Ilegales no se permite un concierto malo... y si mañana están cercan, se
les ve de nuevo.
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