A las nueve en punto y con la platea llena presentó Josele su nuevo disco "Lecciones de vértigo" al que se refirió con locuaz socarronería como "así a lo tonto es el cuarto" en el primer concierto de la gira de verano que "como somos tan chulos hacemos en otoño".
Comenzó titubeante y con un sonido de perros al menos en las primeras filas, con canciones de sus anteriores discos "Pensando no se llega a na", "Baila el viento" y ya de su último "El lobo" que no pudimos disfrutar en condiciones por dicho caos sónico.
Tras mejoras de sonido y nueva ubicación, más atrás y centrado, podemos decir que comienza realmente el concierto con la que abre el disco a presentar "Hagan juego" donde las guitarras empiezan a tomar posiciones. Sin Pablo Novoa, su habitual en la guitarra, pero con David Krahe, la actuación discurrió por los territorios del rock de guitarras, algo a lo que el de Malasaña nos había desacostumbrado, más dispuesto a mostrarnos las canciones en sencilla desnudez. Por la senda de los acordes eléctricos, el respetable bailó también con las nuevas "Canción de próstata" o "Euforía" y algunas anteriores como "Fotocopia". También hubo espacio para el rollo para el rock castizo tan característico del de Malasaña con las nuevas"Cachorrilla" y "Pae"
Pero donde realmente emocionó fue con esos medios tiempos en los que tan magistralmente se maneja, unas veces con la épica colectiva por bandera... en la ya conocida "Farol", o en "Han ganado nosotros" que presentó como su particular canción protesta, otras veces por la lírica individua más íntima... en la simpática a pesar del tema tratado, los amigos muertos "Vuelo de volar" (con la que abrió el bis), o las nuevas y aplaudidísmas ""Sol de invierno" y "Fractales" la triunfadora de la noche, una de esas canciones tremendas que parece que salen de la nada y que sin que te enteres se te ha metido hasta el tuétano.
Las siempre esperadas canciones de su primer disco en solitario, aquel justamente reverenciado "Las golondrinas etc" no aparecieron has tal el final de la noche donde "Tragón", con su rabioso final sonó como una auténtica fiesta de potenica eléctrica, le siguió "Mi prima y sus pinceles" una canción que crece hasta estallar, a la que se refirió, con pocas palabras pero siempre certero para referirse a la realidad actual que nos rodea, como una auténtica prima de riesgo... y para rematar "Ole Papa" que alargaron en un despliegue instrumental que inundó la sala de ruido. En dicha bacanal sónica no faltó en las ya en los bises "Rompes mi canción" con el publico, que hasta mitad de concierto no había andaba tranquilo (será la edad) en auténtico delirio al fin... Una más y hasta la siguiente ¡que será con Los Enemigos!
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