Así fue, los de Manchester, con Pete Shelley y Steve Diggle como únicos supervivientes, dieron toda una lección de como el punk del 77 puede aun dar grandes alegrías. Fuera ya del contexto que dio sentido al género, demostraron que se puede aun reivindicar el punk no ya como altavoz de la revuelta callejera, sino como sonido que ha dejado huella. El secreto creérselo pero como hacen ellos, con la honestidad que da el vivir su tu tiempo y las nuevas circunstancias.
Así salieron aceleradísimos y sin dejar ni un segundo entre canción y canción para tocar las canciones de sus primeros discos "Another music in a different kitchen" casi de seguido al principio y "Love bites" hacía la mitad de la actuación, que estaban de nuevo de actualidad tras reeditarse de nuevo en su 30 Aniversario.
Se les nota a pesar de la edad (andan por la cicuentena larga), que no se dejan un gramo de energía, sobre todo Diggle que, sin perder su etena sonrisa, no paraba de hacer sus habituales gestos con el brazo hacia delante tras un enrgético riff de guiatarra ¡¡¡ parecía como si no parara de pedier birras al camerero del fondo con esos gestos !!! Shelley andaba algo más calmado pero también con la sonrisa en todo momento y es que se lo estaban pasando de puta madre y lo trasmitían de forma natural. Además la voz de Shelley suena con los años cada vez mejor.
Apabullantes con las canciones del "Another music in a different kitchen" como "What Do I Get?", " Love You More" (del primer sinlge) o "I don't mind" aunque con las canciones del "Love Bites" hubo algo de calma, pues recrean pasajes algo más melódicos "Love is lies y no tan directos pero no pararon los riffs, punteos y oh oh ohhhs como en "Over fallen in love", que coreaban hasta los organizadores que llenaban la parte alta de la sala.
Para los bises se guardaron todavía munición, con el esperadísimo "Orgasm addict" y tirando de los singles de su mítico año el 78, así sonaron frenéticas y electrizantes ""Lipstick" y "Promises" mientras se fundían entre saludos y palmadas con las primeras filas en pleno delirio de "pogo" a lo bestia con peligro incluso para algún que otro despistado de las filas intermedias.
En fin, que fácil es reencontrarse con el punk cuando quien lo ejecuta tiene un mínimo de actitud, credibilidad y respeto hacia lo que fueron e hicieron en dicha época. The Buzzcocks tiene todo ello y no los aludidos al inicio de esta crónica. Todo el mundo salío encantado y ellos los primeros.
1 comentario:
crónica sex pistols summercase´08 madrid:
Lo más punk que ha hecho Johnny Rotten desde que Sid Vicious se suicidó con una sobredosis de heroína que le había suministrado su madre, es escupir, sacarse mocos y gastarse poco dinero en champú. La primera visita de los Sex Pistols a nuestro país llegó con treinta años de retraso, así que más que anarquismo, estamos ante un claro caso de Anacronismo. La imagen de los miembros de la banda, que son ni más ni menos que la formación original al completo, causaba una mezcla entre estupor y mofa que realmente no permitía disfrutar la música que, al fin y al cabo, no sonaba mal dentro del encefalograma plano de sus acordes. “Never Mind The Bollocks” al poder. Comenzaron con Pretty Vacant y Holidays on The Sun, y dejaron para el final Problems, God Save The Queen y Anarchy in the UK. Cantaron todas las canciones que tienen (no tiene ninguna más), hicieron un segundo bis cuando absolutamente nadie se lo había pedido y ya estábamos comiéndonos unas pizzas, y más que hacer agrandar su mito, fastidiaron ligeramente el que tanto esfuerzo (sobre todo de salud) les costó fabricar. El logotipo de la gira es una cosechadora. Es lo único coherente de su retorno.
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