Primero de los conciertos Wintercase que durante cuatro semanas nos ocupará las noches, más bien tardes (ya somos europeos hasta en el rock) de este frío mes de noviembre junto a un triste Manzanares de obras faraónico-gallardónicas. Inmejorables Teenage Fanclub, no decepcionaron e hicieron lo de siempre, algo que dicho así en cualquier banda pudiera ser visto como repetitivo y si´íntoma de estancamiento, no lo es para los de Glasgow.
Realmente y aun cuando se supone venían con nuevo disco "Man made" editado este mismo año, nadie de los allí presentes esperaban escuchar algo más de tres o cuatro canciones nuevas, como así fue. La placidez que irradia la banda, con un Norman Blake siempre sonriente y la complicidad de los ya muchos fieles hace posible el éxito sin necesidad de salirse del guión.
Repaso democrático por toda su discografía con momentos de energética emoción sobre todo al atacar canciones de sus clásicos "Banwagonesque", "Thirteen" o "Grand Prix" y también reparto equitativo a la hora de adoptar protagonismo sus miembros. Melodías aceleradas y más pausadas cuando la ocasión lo requiere todo y con guitarras y coros como protagonistas siempre, destacando sobre todo esos medios tiempos que tantas veces se convierten en explosivos guitarreos según avanza la canción. Ni las ganas de más, siempre parece escaso el tiempo con esta banda, ni el frio a la salida consigue quitarte la sonrisa después de conciertos como este.
Un rato antes actuaron The Go-Betweens, de los que podríamos decir lo mismo que de los anteriores, por repertorio y actitud son bandas que en directo enganchan público nuevo, tanto los escoceses como los australianos son grupos ideales para llevarte de concierto a los colegas no iniciados ¡ que los había ! con total seguridad de no ser sometido a escarnio. No fallan y el cartel conjunto quizás iba por ahí.
El dúo formado por Robert Forster y Grant McLennan repaso los clásicos de su discografía alternándolos con las canciones de su último y buen disco "Oceans apart", consiguiendo así mantener un alto nivel durante la hora escasa de actuación. Acústicas en ristre, subieron el listón con las canciones más "trotonas" mezcladas con ese aire de romanticismo sutil y pop atemporal de melodías impredecibles por momentos.
Abrieron la noche The Delays. Los de Southampton presentaban su primer disco "Faded seaside glamour" del que un buen par de canciones no fueron suficientes en una actuación algo excesiva. Teclados saturados, voz impostada demasiado antinatural y exceso de épica post brit-pop y glamour. Mejor cuando Greg Gilbert se despreocupó de la voz y su guitarra se impuso al sonido de su hermano Aaron en las teclas.
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