Si
antes de la pandemia Mike Scott estaba lanzando un disco al año, en cuanto la
normalidad ha vuelto, no ha dudado un instante para meterse de nuevo en el
estudio y grabar nuevas canciones. En su decimoquinto disco, el escocés explora
territorios conocidos aunque interpretados desde diferentes perspectivas.
Sonidos del pop-folk de aires rock e incluso soul y góspel interpretados entre
el recitado en la voz y ritmos sincopados de aire contemporáneo en ‘All soul
hill’o ‘imy dreams’, sin abandonar su habitual poso entre el misterioso y la
melancolía, tan reconocible a lo largo de su extensa discografía, en ‘Hollywood
blues’… ni olvidar tampoco el arrebato enérgico en ‘Blackberry girl’.
Como en
sus anteriores disco, continua experimentando con las texturas electrónicas
densas en ‘Liar’ y animosas en ‘Here we go again’. Scott sigue aferrado al
presente aunque dejando destellos del pasado, tanto propio como ajeno, pues
versiona ‘One were brothers’ canción con la que Robbie Robertson recodaba en su
disco ‘Sinematic’ de 2019 a su antiguos compañeros de The Band.
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