Se presentó con una camiseta marinera de rayas, como las que ha llevado toda la vida, recordando que venía de Italia y cantó en varios idiomas (inglés, francés, italiano y español). Dialogó con un público que se divertida con sus inteligentes ocurrencias y con sus gazapos lingüísticos. Constantes alusiones y olvidarse del pasado y vivir el presente sirvieron par centrar su repertorio en su canciones más recientes, sin concesiones a un pasado que actualmente no tiene cabida en el formato en que presenta sus actuaciones. solo el divertido "Egypcian reggae" se coló como clásico, el resto, preciosas melodías de acordes rasgados sin púa como “Because her beauty is raw and wild”, "Yo tengo una novia", "Es como el pan", "A que venimos sino a caer. "Vampiresa mujer" o “Le Printemps des Amoreux est Venue”
Con un concepto de concierto que por básico resulta innovador, toca las canciones según le van viniendo, sin setlist, las interrumpe para puntualizar algo, bailar, tocar percusiones o simplemente para marcarse uno de sus hilarantes danzas espasmódicas. Las reacciones del público... imprevisibles, los ahí que se desatan y siguen el juego... ¡ y a disfrutar sin más ! y otros cuya incredulidad les deja totalmente descolocados. El de Massachuttses consigue atrapar a la mayoría a su mundo.
Apoteósico final con "La guitarra flamenca rubia, la guitarra flamenca negra" que ya había tocado antes pero que sonó en el bis con el auditorio coreando y haciendo suya la canción. Algo más que una actuación, música moderna popular consiguiendo con más con mucho menos.
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