Después de año y medio de gira de despedida de Los Ilegales, con llenos absolutos y con la banda en uno de sus mejores momentos, Jorge Martínez decide cambiar drásticamente el rumbo, con este arriesgadísimo proyecto en el que trata de dignificar la música popular antes de que apareciera el rock. Para ello ha realizado un minucioso trabajo de arqueología musical, tanto en sonidos y canciones, como en la forma de ejecutarlas: utilizan instrumentos de época, han creado un estudio único para la grabación, cuidan la imagen de la banda recreando los trajes de las orquestas de entonces, han diseñado el disco según las portadas que estilaban en dichos días...
Una recreación de los sonidos latinos y también anglosajones que se escuchaban antes de la aparición en los años cincuenta del rock. Boleros, cha-cha-cha, canción italiana, swing... todo ello en homenaje a los que eran los guateques y orquestas de fiesta de nuestro país. Una vuelta al origen ya que es asturiano empezó tocando en dichas orquestas.
Un ambicioso proyecto en el que es fácil caer en la mediocridad. No es el caso, ya sea por experiencia, o por el dominio que el controvertido Jorge ha tenido siempre por géneros musicales e instrumentos (es un gran coleccionista de guitarras) el buen gusto y la clase se unen a una ejecución perfecta, con cuidados detalles en una producción sencilla y minuciosa que hace que este disco sea un deleite auténtico, gran sonido y composiciones con el espíritu combativo de los que fueron Los Ilegales impregnando las letras.
El disco se abre con "No creo" donde el vibráfono es el protagonista, un ritmo entre festivo y nostálgico según aparezcan saxos o silbidos y la con la voz de Jorge más mesurada que nunca. Sigue "Estrella venenosa" una de las mejores del disco al conseguir conjugar con éxito una especie de vals con una de esas letras canallas marca de la casa. Después "Nuevo rumbo" otra letra cien por cien ilegal que no chirría en un ritmo latino sino todo lo contrario. "O bosque das fresas" tiene una cadencia agridulce que le da un tono inquietante. "Jardín mortal" y "La herida abierta" recorren las sendas más intimas, con una lírica oscura la primera y en medio tiempo esperanzador la segunda.
El resto de canciones son versiones entre las que destaca la archiversionada "Besame mucho" que aquí se acelera un poco, alcanzando un tempo un tanto cabaretero, con unos logradísimos coros que hacen que destaque de entre otras versinoes más "estadar". No obvia tampoco el rock más alegre pasado por el tamiz mediterráneo de Adriano Celentano "Il Ribelle y "Si spento il sole" (esta última popularizada por el italiano pero no original suya) se ofrecen como las más festivas del disco. También un bolero "Inútilmente" y una sorprendente "Miradla" de Jean Baptista Humet.
En todo caso donde saca su verdadero jugo este disco, en el las composiciones propias, donde la voz se adapta a los registros necesarios de cada canción y donde el vibráfono de Xuam Zen y el saxo de Juan Flores destacan sutilemetne cuando deben hacerlo. La sección rítmica con Juan Belaústegui a la batería y Alejandro Blanco al contrabajo (no hay bajo eléctrico) que ya formaban parte de Los Ilegales (también Juan Flores en etapas anteriores), han contribuido a que todo suene sencillo y natural.
Muertos Los Ilegales... ¡ Vivan Los Magníficos ! que anuncian continuidad (este disco no ha sido una mera diversión o capricho), y que se han estrenado con un disco extraordinario... e imprescindible.
2 comentarios:
Mal dicho al final...Los ilegales no estan muertos...simplemente han tomado un descanso...nada mas...no me gusta eso de 'los ilegales estan muertos y los magnificos viven' o algo asi...a los verdaderos fanaticos de Jorge y la banda nos cuesta acoplarnos a ese nuevo proyecto..no es facil..tampoco digo que esta excelente.....le falta mucho para llegar al nivel de ilegales..muchisimo...pero con el tiempo talvez...suerte...
Realmente es un disco que a los fanáticos de Los Ilegales puede no gustar, lógico ya que es algo totalmente diferente. Pero la espíritu de dicha banda si esta presente.
Por otro lado... es cierto... Los Ilegales siguen y seguirán vivos y no es cuetión de matar un proyecto para que viva otro.
Un saludo
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