Hace quince años que se disolvieron Maddening Flames, banda de vida breve, apenas dos discos en plena efervescencia "indie", de esos que puedes escuchar aun ahora sin sonrojarte. Ambos resisten el paso del tiempo gracias en parte a la voz que imprimía Muni Camón a unas melodías en las que destacaban los medios tiempo.
Tras la disolución de la banda Muni abandona la música, se dedica a tareas domésticas (sus excelencias culinarias son comentadas) aunque su vida junto al productor Paco Loco la mantiene ligada a la música en los afamados estudios que ambos regentan en El Puerto de Santa María de donde es originaria ella.
Casi por aclamación popular (eran muchos los aficionados los que la animaban a volver), se decide al fin a salir a escena con la reciente edición de "Somersoult" grabado junto a ese genial Renacentista Moderno que se esconde bajo el intrigante nombre de Remate, Fernando Martínez.
Con tal expectación (también se anunciaba la presencia de Paco Loco en la banda que llevaría al directo "Somersaults"), sorprendió que la sala no presentara el clásico "sold out". La cosa quedó en un término medio, por lo que pudimos disfrutar casi de forma íntima de la voz tenue de Muni sobre todo en las canciones más pausadas "Bill Glood, " o "Spicy and miss the sore" esas en las que entabla diálogo cómplice con Remate: "The finest fringe II" momentos en los que el silencio del público y sala dotó de trascendencia a las canciones.
En los momentos más exultantes, y ruidosos de guitarra "Chalky Blue & Lucy Happy" o "On the way to fiction" si se echó en falta algo más de gente , aun cuanto lso que habían intentaban llenar espacio con bailes y movimientos. Con estas canciones la banda mostró todos sus recursos demostrando lo bien trabajados que llevaban las canciones. Hasta los susurrantes coros del resto de la banda entraban al milímetro, como ironizó Remate "nada esta improvisado salvo las propias canciones".
Bien Paco Loco, casi imperceptible y en segundo plano, pendiente de todo pero sin acaparar el protagonismo que no le correspondía esa noche. Con el teclado y la "slide guitar" supo arropar la guitarra de Remate y la cada vez más envolvente voz de Muni, con un aire entre evocación atemporal y nostalgia luminosa.
Remate, compositor de las canciones, aunque cedió también el protagonismo a Muni , realizó un sobrio trabajo de guitarras y voces, siendo el que entre canción y canción nos nos mantuvo atentos con breves comentario de inigualable ingenio.
Muni con una presencia sobria a la vez que atrayente (vestido negro corto de una pieza), impactó explotando sin excesos su punto fuerte, una voz que brota naturalidad y calidez y que no parece pasar el tiempo por ella, ideal para el tipo de canciones que interpreta. No necesitó más, un lujo escondido que esperemos siga compartiendo en esperas menos largas.
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