Tercer disco de la pareja formada por Parker Noone y Lily Wolfe "The low lows", una especie de descenso a los infiernos desde el lo-fi más extremo, minimalista, original y por momentos experimental . Canciones voluminosas de decadencia y desolación, blues deconstruidos con polvo en el micro, en trompetas y baterías destempladas, con arena entre las cuerdas de dobros, violines y acústicas.
En semejante ambiente viciado se conforma una destartalada y quebrada orquesta al servicio de la voz de cueva árida (Parker) y las laberintícas teclas juguetonas de (Lily). A lo largo del disco son muchas las imágenes que se nos aparacen, la más evidente quizás sea la de una carretera desierta y despoblada en un atardecer inconcreto del interior de la norteamérica profunda, un cafe vacío con el skay rojo corrido a lo largo de un amplio ventanal o un motel de neones imposibles cuando el atardecer deja paso a la noche.
La imaginería cinematográfica de Paris-Texas, los beatnicks literarios en un viaje constante, la Velvet en un forzoso exilio de lo urbano en medio de la nada, un Elvis del futuro, tétrico y eléctrico perdido y encontrado de nuevo en una gasolinera ... "I am a gun" es una sala de fiestas vacias en el que los camareros barren a media luz mientras un croner de serie b sin público, emula al Sinatra de "My way".
En "June Gloom", este mismo personaje ya solo en su apartamento se autocompadece con "Holes" de Mercury Rev, "Suit of fire" son sórdidas habitaciones de Jarmush, Lynch o los Cohen en sus escenas más agobiantes ... más tarde los momentos más devastadores de Caléxico, Luna, Wilco ... y así sigue, más que sobreviviendo, regodeandose en un dulce y plácido infierno.
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