Cierre a la serie de conciertos Wintercase y para finalizar, la única propuesta autóctona que se colado este año entre la mayoría de bandas británicas (consolidadas unas, emergentes otras), Surfin Bichos, que afrontaban la recta final de su gira de reaparición. Se acaba el otoño, ahora si empieza el invierno.
Los de Albacete presentaron un repertorio que se nutrió de todos los discos de la banda aunque mayoría de sus dos primeros discos. Comenzaron con "Viaje de Redención" y "Un perro feliz" para algo después presentar "Comida china y subfusiles" uno de los clásicos de sus primeros años allá por el 89. EL público en seguida se volcó con ellos, sin condición, bastante más que lo que la banda parecía mostrar desde el escenario, pues pocos eran los momentos de complicidad, ni entre ellos ni con el público, si acaso en algunos de las introducciones a las canciones que Fernando Alfaro desgranaba con cuentagotas y sobre todo ya al final de la actuación.
Hacia la mitad del concierto, este trascurría sin la emoción inicial, salvo en "Dulce mal trago", aunque con una intachable ejecución del repertorio. Buenas canciones ¡ que al fin y al cabo son las que tienen que transmitir ! y algunos momentos vibrantes en las guitarras de Alfaro y Joaquín Pascual, también destacaron las intervenciones de este último cuando echaba mano de los teclados para dar esa atmósfera tan peculiar a muchas de las canciones. Isa León en un papel excesivamente secundario apenas se acercó a las teclas e incluso cuando tenía que hacer voces el micro no parecía funcionar. Presencia en escena y poco más, una lástima pues también aporta un toque personal al universo "bichero"
En los bises si fue donde echaron el resto, con Alfaro más comunicativo y las guitarras haciendo más ruido, más por la inminencia de la despedida y las canciones elegidas para el cierre, que por lo ya dicho. La traca esta servida si acabas con "Gente abollada", "Hermanos carnales" y "Fuerte", grandes canciones para el delirio y el estallido de emociones desbordadas... y aseguradas.
Abrieron los británicos Brakes, otra banda de las islas que mira hacía los sonidos norteamericanos, aunque con ingredientes personales. Una especie de folk-punk-pop divertido con canciones cortas, algunas de apenas segundos con ritmos sincopados y a veces minimalista-ruidista. Aunque poco o nada tenían en común con los teloneados, ofrecieron algo más que una simple diversión de espera y su actitud con un público que no les conocía fue de agradecer.
En definitiva se acabó el Wintercase 06 en el que a parte de lo que ofrecieron las bandas, hay que destacar los llenazos a veces espectaculares casi todos los días y el cambio de ubicación, teatro incomodísimo para el público pero con buen sonido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario