20 septiembre 2006

SEVEN DOORS HOTEL - Seven doors hotel (Underhill)

Aun siendo un disco de estreno, suenen maduras las canciones de este quinteto noruego. Nada de urgencias ni necesidad de presentar todo lo que se ha ido acumulando en ensayos anteriores. Diez canciones, más que suficientes en las que nos muestran una amplitud de sonidos más allá de la cómoda y multiutilizada etiqueta de marras, referida al sonido "americana". 

El country y folk son los referentes básicos, aunque no en su versión árida, salvo en momentos, sino con toques de nostalgia y mucha melodía "As all those dance", "Carrie me" o "The fines wine" donde los matices de los muchos y sutiles arreglos de teclados, banjo, ukelele o pedal steel guitar, consiguen dar un aire de complicidad e intimismo a todo a las canciones. 

Donde realmente destacan y ganan en personalidad es cuando suenan los riffs de guitarras y no se ciñen al guión. Sobresaliente inicio con "Old hotel" y "Heavy metal", lo mejor del disco, donde las guitarras suenan limpias y luminosas, cual brillante costa californiana... ¡ pero si son de Oslo ! Miran también de refilón al pop guitarrero de los 90' con toques The Lemonhead en "Still in June" y... "The Breeders" (curioso) en "Weather will change", en las que los arreglos citados consiguen darle un nuevo aire a las guitarras enérgicas. También aparecen guitarras ásperas y algo "grunges" al final del disco. 

Avalados por Mark Olson (ex The Jayhawks), que ha escrito un bonito prólogo con mención a Hank Williams y con el que Alexander Lindbäck (voz y guitarra) tiene otros proyectos, Seven Doors Hotel, rompen con el tópico de la "escandinavia stoner y garajera", por no hablar de géneros metálicos y oscuros, y es que hasta en las fotos irradian luz estos chicos.

17 septiembre 2006

GRUPO SALVAJE - Aquí hay dragones (Acuarela)

Dos años han pasado desde que apareciera el excelente "In black we trust", primer disco del proyecto de Ernesto González tras la disolución de los poco valorados "Pribata Idaho". Parece mucho tiempo, pero la intensidad y atemporalidad de dicho estreno, an con lo corto de su minutaje, hicieron de e´él un disco de escuchas repetidas, no apresuradas, de saboreo lento y en busca de matices ocultos. Aun pues con los ecos de este, se afronta con expectación la nueva entrega. 

Una juguetona introducción "La hora de los oscuros" y la muy destacable "A dissapointed man" abren un disco que, aun cuando aquí logran sacar brillo del polvo a base de bonitos arreglos de guitarra, transcurre entre caminos más oscuros, crípticos y opresivos que en su anterior entrega, donde las coloristas mandolinas y armónicas quedan aquí reducidas a meras pinceladas. 

Un disco, más que difícil, arriesgado que requiere del oyente y se intuye perdurable en el tiempo (un camino de largo recorrido al margen del éxito rápido que pocas bandas de aquí -Jet Lag quizás- está dispuesta a recorrer), en el que nos encontramos con momentos de trascendencia a lo Nick Cave "The worst journey in the world", aires desérticos a lo Parker & Lily "Scott's arms" y de frontera a lo Calexico en "Wnp", y ¡ como no ! ese toque de desgarro abandonado a lo Tom Waits "Mother science". 

Pero aún hay más, fragmentos de experimento ruidista al final del disco "El entierro de Bakunin" y circenses cacofonías en el acertado epílogo "Cenit y Nadir" con la que volvemos a respirar. Por primera vez aparece el castellano en un minutaje de nuevo corto, sin posibilidad de asfixia.

 ¿Experimento en busca de nuevas vías o calculada ironía? y es que hasta en la portada, que igual que el anterior disco es un juego de simetrías y formas indefinidas, dan pistas... ¿caras, cerebros y gatos? o despistan ... máscaras, esponjas y dragones?

16 septiembre 2006

ULTRACUERPOS - The awesome amazing sound of (Ultrarecords - El Beasto)

Tercer disco de esta empecinada banda coruñesa que ya desde la misma portada nos adelanta intenciones. Dejando a un lado las ilustraciones freaks y coloristas de discos anteriores, se presentan ellos mismos, como figuras oscuras recortadas en la noche por luz de fábricas a espaldas de sus chupas de cuero en posición y actitud rockera.

El disco comienza con los referentes habituales de la banda, el sonido Detroit años 60' vía MC5, el garaje en su versión más guitarrera y los acordes del rock clásico. Hasta ahí todo bien pero sin sorpresas, destacable por pegadiza "Want my good time". Es cuando aparece "Time has come now" donde da la impresión que nos encontramos ante algo diferente, empiezan a aparecer ritmos negroides y souleros donde la voz se torna protagonista, arropada por arreglos de viento. 

Sigue "No man's land" un medio tiempo que añade (a lo dicho anteriormente) un hammond como complemento ideal a las guitarra ahora menos aceleradas, en una canción de desarrollo con ... ¡ toques progresivos ! "Gotta go away" respira aire festivo tras al opresión anterior, más vientos, guitarras enérgicas cercanas al power pop y negritud vocal. "Burn out" se aleja algo de las anteriores con un rock más crudo, sin pulir, contrapunto, algo más high-energy aunque con ese tono soulero que en este caso más matizado que no abandona el disco. 

En "Like Frankie Machine" vuelve a destacar el hammond y los coros con un toque británico y así hasta el final "Mother's call" que es puro, purito Elvis.Diez canciones (como los discos de antes), que te dejan justo con ese punto de oír una más, de este cuarteto que, más allá de las etiquetas actuales del rock, se mueve entre profundidades oscuras desde donde encuentran fogonazos de luz intensa. Como en la portada.