28 noviembre 2020

Los viejos creyentes (VASILI PESKOV) Impedimenta

A finales de los años setenta, un piloto ruso que sobrevolaba un tramo remoto de la taiga siberiana descubrió, en medio de una escarpada zona boscosa, una cabaña. Poco después, un grupo de científicos se lanzó en paracaídas sobre el terreno para advertir que en la primitiva choza de madera habitaba una familia, los Lykov, pertenecientes a la secta de los viejos creyentes, cuya noción de la vida y lenguaje se habían congelado en el siglo XVII, en tiempos del zar Pedro el Grande.

 
Cuando el autor conoció esta historia, no habían contactado con nadie en casi cincuenta años y escribió en el periódico Pravda durante 12 años sobre la vida de los Lykov. En 1994 lo publicó en libro y es ahora cuando aparece esta traducción al castellano.
 
Narrado como un libro de aventuras, entre Robinson Crusoe  y con Dersu Uzala en el recuerdo, se cuentan principalmente la vida del patriarca Karp Osipovich (octogenario)y su hija Agafia últimos supervivientes de la familia Lykov a partir de 1982. Su relación con la naturaleza y con los “descubridores”, los geólogos y el autor del libro, que trabajan relativamente cerca de su “isba” (casa siberiana) y como se afianzan los vínculos en relación a la ayuda a la familia dentro del máximo respeto a sus creencia. No todo lo que se les ofrece es aceptado. “No, no está permitido” es una respuesta que se repite a lo largo del libro cuando se les ofrecen utensilios o herramientas elaboradas.
 
Una historia muy alejada del mundo globalizado en una naturaleza hostil, la taiga extrema donde los actividades cotidianas se convierten en problemas del día a día:la elaboración de utensilios de madera de abedul, la complicación de la caza y pesca, la recolección de piñones, el cuidado del huerto dotado casi exclusivamente de patatas (con las que hacían una especie de pan)… sin la ayuda siquiera de animales domésticos. Todo un ejemplo de vida adaptada a cubrir las necesidades humanas más básicas, sin dejar de pensar en el futuro… aunque el presente aceche.  


 

21 noviembre 2020

EL MEISTER - Fuego en Castilla (Subterfuge) Publicado en el n1 388 de la revista Ruta 66

Bielva sigue hurgando en los sustratos del sonido puro, haciéndolo accesible al aficionado no especializado pero dispuesto a escuchar sin prejuicios. Con Arizona Baby, su banda nodriza, nos acerca la herencia que el folk dejó en el rock de raíz norteamericano, y dando una vuelta de tuerca adaptándola a sonidos contemporáneos con Corizonas, ambos en los festivales de público masivo. 

En este segundo disco como El Meister funde sin complejos tradición y modernidad, pero esta vez vuelve la mirada a sus orígenes y fija en su tierra la esencia que él y tantos otros han buscado en los sonidos angloamericanos -aunque no tan radicalmente, la magistral senda marcada por los Hermanos Cubero tiene continuación- 

El experimento filmado por Val del Omar sobre la meseta vallisoletana da título al disco, origen de Bielva y lugar de partida para explicar lo que somos. Pícaros medievales llevados a la actualidad en psicodelia cañí «Estafas tradicionales» -salida de la genial peli Los Tramposos- las Novelas Ejemplares y Luces de Bohemia en «El curioso impertinente» y «Max Estrella»,  dichos y diretes «Loco mundo» y «El convidado de piedra», cultura popular «La copla» y «Discurso histérico» hasta terminar en “tempus fugit” carnavalesco y posterior Semana Santa en «Polvo y ceniza» y «Viernes Santo». Aparte queda «En la chopera negra» brutal crucen entre New Orden y Parálisis Permanente. Tamboriles,  secuenciadores, acordeones, distorsiones eléctricas, acústicas, sintetizadores ¡música moderna! 

 

14 noviembre 2020

JUAREZ - Entre palmeras (Lunar Discos - Caballito Records - El Nébula Recordings)

Los de Pamplona se saltan los registros estilísticos en favor de las canciones y con sus efectivos y variados sonidos proponen una entretenida y cómoda excursión a través del espacio tiempo. Con salida y llegada  en la psicodelia de guitarras y sus diversas manifestaciones se desvían con destreza por reconocibles sendas, aunque algunas antagónicas.

Comienza el viaje en los 60’ con la psicodelia garajera  de «El sol en movimiento» que se torna pop en su versión más beat en «Champán francés» para pisar el freno y tras cambiar de conductor-cantante  -voz que recuerda a Nacho Vegas-  adentrarnos en terrenos más lentos y rítmicos en «Cielo gris» y en su posterior parada «Detrás del cielo» -todo queda en las alturas- La carretera se hace de doble sentido en «El día que todo empezó a temblar» y «Al mar» con las guitarras y baterías mirando a los alternativos 90’ con Luna y The Feelis en el retrovisor trasero, mientras que por el lateral se cuelan los Pixies más oscuros en «Estrella negra»

Se desvían hacia el oeste por polvorientas vías secundarias de sentido único cerca de la frontera, con el lánguido trote de «Esafandra Vol II» y «Vendiendo cruces» tomando la bifurcación meridional autóctona. Escapan hacia autopistas de cuatro carriles “entre palmeras” acelerando con rabia punk en la canción titular y hasta se hacen hueco en la parte de atrás a autoestopistas de la psicodelia local 70’ Pequeiques y 90’Los Planetas. Bonito viaje de curvas emocionantes conducido con destreza. 

 

13 noviembre 2020

ACID MESS - Sangre de otros mundos (Spinda Records)

Tomando como base la psicodelia progresiva, se cuece este sustancioso mejunje que amalgama ingredientes sonoros de intensidad y densidad variables. Maridados a diferentes grados de hardrock, krautrock, rock mediterráneo y andaluz... ¡siendo asturianos! 

Los 70' marcan el tiempo de hervor en los extensos desarrollos de «El reflejo de su piel», «Fuego al templo» o «Hechicera» que por minutaje permiten remover el caldo con pizcas de rock épico, postpunk y jazz latino respectivamente.  

Bien sazonado con algunos ramalazos de aceleración punk y tensión salvaje  en la “bailable” «Hijos del sol» donde encontramos lo más parecido a un estribillo, o con hierbas flamencas y morunas en «Salvaje historia», con las voces de las cantaoras Aurora Salazar y Débora Hernández. Realmente todos los títulos tienen de esto y aquello, en una fusión que resulta convincente. 


Mezcla de ingredientes que funciona a los largo de las nueve propuestas y que estalla al paladar en «Futuro sin color». Arreglos coloristas de teclado atemperando la densidad de ritmos de batería entre guitarras que burbujean libremente Todo bien medido, sin ceder a la usual y tentadora improvisación propia de los sonidos citados, controlando temperaturas para conseguir dar consistencia al sustancioso brebaje. ¡Buen provecho!

El artista anónimo - Klaus Härö (Mamocita - Making Movies Oy)

Llega con dos años de retraso esta película finlandesa que partiendo del mundo del arte a través de un viejo galerista en decadencia, critica con maestría la mercantilización del arte como ejemplo de deshumanización de la vida y en una mal entendida modernidad en la que manda el capital.

Bajo el paisaje urbano de una Finlandia de perfil bajo, genialmente fotografiada en tonos crepusculares y con una mirada más condescendiente que crítica -en las antípodas de lo que nos tiene acostumbrados el genial Kaurismaki-  trata otros temas menos sugerentes pero universales: las relaciones familiares, su deterioro, la brecha generacional o las oportunidades afectivas perdida.

 Olavi, interpretado por el experimentado actor de teatro finés Heikki Nousiainen, conoce bien el oficio,  pero ni se adapta a las nuevas reglas del mercado, ni su obsesiva sabiduría le permite conciliar con una familia de la que desconoce sus necesidades y problemas.

Todo cambia con la aparición de su nieto Otto, interpretado por el joven Amos Brotherus, en su primera película de proyección internacional,  con el que de forma convincente se va estableciendo un vínculo con el único nexo que parece unirles, el negocio, entendido por el abuelo como arte noble, con reglas no escritas y por el nieto como algo cotidiano y natural. Ambos “talentos” comerciales convergen en una trama sugerente, contada sin artificios y de forma sencilla, en la que el pintor ruso del siglo XIX Ilye Repin es también protagonista pues un retrato suyo es el punto de partida que une a historia y personajes. La mejor manera de acercarnos a este olvidado pintor… y al desconocido mundo de las galerías de arte. 

 

La arena del desierto - LOTTE LENTES (Lengua de Trapo)

Lotte Lentes vivió muy de cerca el atentado terrorista de Bruselas en mayo de 2014 y una vez consciente de lo cerca que había estado de la tragedia y partiendo de un modelo de zapatillas de deporte en común entre la autora del relato y el protagonista del violento hecho, se construye esta sencilla y corta historia con la que se estrena como novelista.

 

A partir de esta coincidencia la joven autora alemana afincada en Amsterdam, ficciona la historia del joven Majid, tratando de explicar lo que pasa por su cabeza hasta convertir su anónima identidad en las afueras de la pequeña ciudad francesa de Roubaix en una notoria en el peor de los sentidos, personalidad tras viajar a Siria para buscar reconocimiento como héroe. Una historia que incide en el desarraigo y los dogmas como elementos desestabilizadores de la personalidad que llevan a  provocar escenas de violencia extrema (sobre todo en los jóvenes).

 

La autora trata de ponerse en la piel del protagonista, intentando entender mediante la empatía, en un relato preciso y en algunos momentos casi documental (su explícita instrucción como vigilante de rehenes) aunque en otros con margen a la imaginación (su fracaso en una misión previa), y en el que aparece además la tensión psicológica y el suspense sobre todo en sus últimas y muy cinematográficas páginas.