02 agosto 2025

ROCKLAND ART FEST - Santo Domnigo de la Calzada (19-7-25). Iggy Pop - Wolfmother - Kira Mac -The K's - Morgan - Delirium Trremems - Flying Rebollos - Kokein - Tobogán

Iggy Pop. Foto: luiscarbxnell
 
La segunda jornada parecía programada para atender al máximo reclamo de la semana, la sombra de la icónica Iguana” es alargada y la espera hasta que llegara bien entrada la noche, se hizo placida entre diferentes propuestas de a priori impacto menor, pero que fueron preparando al público para una noche de aúpa. Abrieron como acertada propuesta local los riojanos Tobogán que reunieron aún con bastante sol a bastantes seguidores, convenciendo con su una buena descarga de rock punkarra. A continuación y tras reajuste horario tras caerse del cartel Deadletter por percance familiar de uno de sus miembros, se colaron a última hora Kokein que con su propuesta stoner dio paso a más bandas de Esukadi como en la jornada anterior, solventando con ánimo y buen hacer la ardiente tarde en busca de la línea de sombra. Primero con Flying Rebollos banda de culto que no tuvo la atención merecida en los 90’ y que en su regreso defendieron con orgullo su clásicos himnos de rock clásico, tabernario,  rithmanblusero y vacilón en castellano, onda Burning… junto a alguna canción nueva a la altura de sus particulares clásicos.  Después otros que están de regreso, los legendarios Delirium Tremens que en euskera emocionaron a los que siguieron su corta trayectoria iniciada en los postreros 80’ y sorprendieron a los que no, con un repertorio plagado de edificantes canciones en las que la melodía y la  potencia se fundieron en uno. Muy buena actuación con un sobrio dominio de los instrumentos. 
 
A media tarde llegaron las propuestas más controvertidas del día, no por calidad de su música, sino por la vocación rockera… o no tanto, que a priori “proclama” este evento. The K’s, mostraron su perfil más reconociblemente british con sus virtudes: buenas melodías de enérgicas guitarras pop, y sus defectos, sobre todo en su actitud estética, algo condescendiente, pero también sonaron a electrizante rock alternativo y en horario de tarde ya templada, gustaron a quien se mueva en los márgenes y a quienes se dejan llevar con criterio  por otras propuestas en las que la canción van más allá del estilo, y estos tipos aportaron una cuantas defendieron meritoriamente. Algo similar, aunque con una propuesta totalmente diferente, se puede aplicar a Morgan, y es que los madrileños tanto pueden encajar en un festival como en ninguno, saliendo indemnes siempre que el horario acompañe, como fue el caso, pues en el ocaso del día ofrecieron otra solida muestra de su atemporal y reposado cancionero pop-folk que en la voz de Nina de Juan, crece sobre todo en las canciones en castellano. Abarrotaron el segundo escenario.
 
Llegó el momento más esperado con Iggy Pop como no, que a sus años, ya ronda los 80, y con  una cojera crónica que limita sus movimientos, ofreció mucho más que la exigible actitud. La voz, sin ser la que era, aguanta la exigencia de unas canciones que se retuercen crudas como su figura pellejuda y fibrosa. Apoyado en una banda de guitarras crudísimas, potentes y oscuras junto a contundentes y machacones ritmos de batería, repasó de forma equitativa  material de su carrera en solitario con el imprescindible y salvaje repertorio de los Stooges, sonó todo lo que tenía que sonar menos curiosamente “Fun House” que la noche anterior versionaron… ni por asomo con la misma actitud los Pistols. Sonó más punk que el punk y más sucio que todo el garaje rock junto se mostró creíble adaptando su característica teatralidad a sus limitadas posibilidades, pero se le veía reírse y divertirse. Creía en lo que estaba haciendo y lo transmitió. No se cortó en chapurrear en castellano proclamas para animar ¡más aún! al enfervorecido público… y poco más que decir. ¿El repertorio? por ahí están los listados, más o menos el de siempre, ¡que va a tocar a estas alturas! Brutal actuación de un artista total e inmortal.
 
Tras la liturgia sonora con el de Detroit, la británica  Kira Mac sabía lo que se jugaba y se esforzó rabiosa y visceral en una actuación en la puso toda su energía y potencia posible en el escenario pero su mezcla entre el metal y un potentísimo hard-rock no acabó de enganchar más que a los más fieles  Eso sí actitud, empeño y empuje no le faltaron, ni a ella ni a su banda le fallaron. Llegó el final con Wolfmother, el trío australiano  sonó atronador, rompiendo el sonido hasta hacer retumbar los aledaños del recinto. Sin concesiones en su furia stoner  hardrockera y psicodelia con su bajista  apisonadora taladrando por encima de las saturadas guitarras… uff!    

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