Entre
la consumista vorágine humana que atestó las calles del centro de la capital en
Viernes Negro y primer fin de semana navideño oficial, un puñado de aficionados
se refugiaron en la intimidad del “templo del indie” para arropar al productor
y polifacético músico zaragozano Javier Vicente, que se acercó gustoso al
refugio para presentar su reciente proyecto de perezoso nombre.
El
ex Big City apareció sentado con parte de la cacharrería utilizada en I’ll Be Neon Too, aunque ante la
imposibilidad de desdoblarse optó por un formato en el que los sintetizadores y
la acústica cedieron espacio, aunque no del todo, a la eléctrica, lo que aportó
matices distintos a como suenan las canciones en su ver
sión estudio, de hecho, la combinación de las seis cuerdas eléctricas junto a loops y sutiles, aunque vibrantes efectos, aportaron a las mismas una terrenal y cristalina elegancia, más allá de sus ya de por si atmosféricas y ensoñadoras melodías… que en algunos momentos, sobre todo al inicio, recordaron al atemporal Bart Davenport.
sión estudio, de hecho, la combinación de las seis cuerdas eléctricas junto a loops y sutiles, aunque vibrantes efectos, aportaron a las mismas una terrenal y cristalina elegancia, más allá de sus ya de por si atmosféricas y ensoñadoras melodías… que en algunos momentos, sobre todo al inicio, recordaron al atemporal Bart Davenport.
Las
canciones sonaron muy bien además en arreglos, gracias además al joven
baterista que le acompañó, y que fue imprescindible en su excelente labor, más
como percusionista y arreglista que marcando ritmos. Además le sirvió al
veterano protagonista como referente cronológico, pues presentó algunas
canciones de su antigua banda, datándola no según el año que aparecieron, sino
en relación a los año que tenía su veinteañero compañero cuando él las compuso…
…y
es que la capacidad de Carasueño para la narrativa le llevó más allá de las
canciones, embaucando al público, en las mismas y en ajustes de
instrumentación, con historias y anécdotas contadas como si de un amigable e
informal cuentacuentos se tratara. Una actuación sencilla y cercana, alejada de
escenas, focos y ruido mediático, que de forma natural ofreció pasado, presente
y futuro, con algunas nuevas composiciones listas para nuevo disco, con el
sonido y las canciones como protagonistas... sanadoras.
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