16 marzo 2024

Perfect Days - WIN WENDERS (Master Mind - Win Wenders). Publicado en la wev Rock and Roll Army

Emocionante y luminosa película en la que se retrata la rutina diaria de un trabajador de los aseos públicos de Tokio a la vez que se fotografía dicha ciudad en relación al tránsito cotidiano de su protagonista, aportando una imagen de la misma alejada del cliché turístico… salvo el Skytree, moderna torre que forma parte del recorrido urbano del trabajador.
 
Hirayama nombre del trabajador interpretado impecablemente por Koji Yakuso, parece feliz con sus vida de limpiador de retretes y sencillas rutinas. Vive solo, se levanta y riega las plantas con pausa, se afeita, se pone el mono de trabajo, de la repisa coge las llaves, algunas monedas sueltas para el café de la máquina, pero nunca el reloj, se sube a la furgoneta y escucha música en cintas de casette mientras alza su vista a Tokio y su Skytree (árbol del cielo): The Doors, La Velvet, Patty Smith, Ottis Reeding, Lou Reed, The Kinks, Van Morrison, Nina Simone… una excelente selección de buen gusto musical.
 
Limpia las cabinas con excesivo y delicado esmero… al medio día come sentado en el mismo banco del mismo parque-santuario, hace fotos a las copas de los árboles y a las sombras con su cámara analógica, por la tarde acude a los baños públicos, al mismo bar a cenar y de vuelta a casa lee. Nunca habla. Parece más un observador externo de la realidad que un actor de la misma.
 
Las acciones se repiten durante la primera parte del metraje de forma sosegada, no se necesita mucho más para el disfrute visual y sensorial, pero… las citadas rutinas no cuadran con el estereotipo del trabajador de dicho sector. Se intuye un pasado diferente que se pincelará sin descubrirse a lo largo de la narración, que tiene su punto de inflexión precisamente cuando aparece en su casa una sobrina que se queda unos días. La rutina se altera, pero no se rompe… comienza a hablar, poco.
 
Extensamente minimalista, salvo en el último tramo, más convencional por dictado de un guión en el que algo tiene que ocurrir, los personajes secundarios ofrecen un necesario contrapunto: su joven, divertido pero alocado y comprometedor compañero de trabajo, la novia de éste, la propia sobrina… y la camarera de un bar al que acuden en su día libre, que también es objeto de rutina semanal: en este caos sí coge el reloj de la repisa, monta en bici, lava la ropa…
 
Dos momentos inducen a imaginar lo que no se muestra: el pasado algo más explícito aunque sin detalles con la llegada de la madre de su sobrina para recogerla con quien conversa, y el presente, de forma más velada, con la llegada de un hombre relacionado con la camarera y con quien el protagonista también conversa. Ahí queda.

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