Se desata el huracán sin preámbulos con "Tribal" y "Wild woman" donde los riffs de guitarras suenan afilados y veloces en la primera y trepidantes y nerviosos en la segunda... "It's good to be alive" nos da un ligero respiro pero sin perder la intensidad en los ritmos, es una especie de clásico rock and roll vaciló para el "ballroom" con su coro doo doa.
"Gypsy in me" y "Little pixie" son los momentos más íntimos del disco. Dos baladas donde la voz de la irlandesa nos muestra diferentes tonos de voz. Oscura y a la vez envolvente la primera, luminosa y resplandeciente la segunda... en ambas te atrapan los diferentes ambientes..
Vuelta al torbellino eléctrico de inspiración rockabillys aunque a su manera "Helfaire club" con aires surferos y "Five good men" cortante y frenética, firmada por Darell, que también deja su marca compositiva en "Ghost of love" un blues de ritmos pesados roto por afilados punteos de guitarra. En "Wicked way" rompen sus propios esquemas y se desmarcan con una sorprendente y excelente melodía agónica de trompeta sobre batería y bajo muy densos, de apenas roces y pellizcos con las que crean una atmosfera viciada y muy envolvente en la única canción del disco en la que utilizan vientos.
Vuelve el estallido guitarrero con ""Round the bend" entre los Ramones por un lado y las Ronettes por otro, tanto para tararear como para bailar y ""I wanna dance" otro rock and roll en este caso más cincuentero. "Right amount of wrong" es una arrolladora melodía que cierra como perfecto epílogo y mucha clase el disco. Resume en una canción buena parte de lo mostrado durante las doce canciones del disco. Rock and roll sin apenas respiro. Un huracán salvaje y tribal.
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