La
última jornada, en domingo, se presentaba más ligera en su programación en
cuanto a actuaciones, pero igual de interesante. Abrieron Girlband!, joven trío
de Nottingham que en su primera visita a España y a pleno sol irradiaron
vitalidad con sus efervescentes y pegadizos himnos de pop guitarrero
alternativo con “Not Like The Rest” como destacado ejemplo junto a los
coreables "na na na naaaaas" de “21th Century Suffragette” y versión
de T-Rex incluida. Una extraña mezcla de glamur y hooliganismo que funcionó muy
bien, reforzada con una voz muy personal y una natural actitud amateur bien
llevada, salvo en los momentos en los que en plan estrella sientan al público
para levantarlo con es estribillo (muy british). Sin salir de las islas, pero
lejos de los sonidos citados, llegó el turno para los londinenses Warmduscher, que ofrecieron
una dosis de electro-postpunk con los sintetizadores como base aunque no se
olivaron de las guitarras. Hubo también momentos en los que se impusieron los ritmos
sincopados y bailables con la voz en recitada homilía. Inclasificables en su
ruidosa propuesta, aunque cercanos a bandas como Fat White Family, les hubiera sido más propicio un
horario de noche… noche.
Marcus King cuya actuación
en Madrid tres días ya se comentó en esta web, ajustado lógicamente a horario
festivalero, condenso su orgiástico desenfreno guitarrero mostrando de nuevo su
maestría con el legado coutnry-rock clásico… el de los Allman Brothers como
principal referencia, pero no se quedó solo ahí, pues se lució también, sobre
todo en la voz, en su cancionero más pausado y acústico, moviéndose por las
sendas del blues añejo, y el soul menos ortodoxo, bien acompañado por una
engrasada y muy solvente banda, que aportó mucho más que los efectistas y
electrizantes duelos de guitarra. Con Fantastic Negrito llegó el
funky-blues bailable y el colorido instrumental. Carismático y teatral en el
escenario, solo con su imagen ya impactó, ofreció una variada actuación donde no faltaron dosis de rock
glamuroso que en algunos momentos remitía directamente a Prince, aunque se
alejó de su legendaria sombra adentrándose por las sendas del rithmanblues
negroide con algún estallido rockero. No llegó a una hora de acutación y
tampoco le hubiera venido mal algo más de nocturnidad.
Cierre por todo lo alto
con The Black Keys que comenzaron con Dan Auerbach y Patrick Carney solos en el escenario, mostrando sus
orígenes como dúo de guitarra batería… que lo siguen siendo como tal, aunque en
directo hace ya tipo que funcionan como una banda, en esta actuación con cuatro
miembro más, destacando sobre todo percusiones y teclados que aportaron
colorido al electrificado blues rock que sonó… ¡con mucha distorsión y crudeza!.
Repasaron canciones repartidas por buena parte de su discografía, incluso las
poco valoradas en su día “Fever” y “Wave of Love” del incomprendido y
controvertido Turn Blues disco con el
que en su día, descolocaron al personal tras el exitazo comercial de El Camino que en todo caso y como es
lógico se llevó las mayores ovaciones en sus tres aportaciones: la tempranera
"Gold On The Ceiling¨ y el esperado bis para delirio y disfrute del
público en masa, con las excitantes y bailables ¨Little Black Submarines¨ y
¨Lonely Boy¨que sonaron arrolladoras, aunque antes ya habían avisado de nuevo
de donde vienen con un retorcido “On The Road Again” de los Canned Heat.
Perfecto broche final a un gran fin de semana.