05 agosto 2024

Tsunami Gijón - DESCENDENTS - ROYAL BLOOD - THE LAST INTERNATIONALE - ENTER SHIKARI - BIZNAGA - NOVA TWINS - TIBURONA - ROJO 2 - BLOWFUSE (16-7-24). Publicado en la wweb Ruta 66

Descendents Foto: Robbie Ramone
 
El terremoto marino provocado por las potentes actuaciones de esta edición, tuvo su resaca en forma de cancelaciones a última hora provocadas por el caos informático global que dejó en tierra a Bad Nerves y The Mysterines, con el consiguiente reajuste horario.  La jornada del viernes comenzó a pleno sol en escenario principal con Blowfuse. Los barceloneses solventaron la papeleta horaria y atmosférica con una buena dosis de hardcore –punk arropados por un público muy animado ya. Sobrados de entrega y empuje, ofrecieron una intensa actuación bien recibida por un buen grupo de enérgicos, y no pocos seguidores, desde el minuto uno.
 
El escenario dos lo abrieron Rojo 2, una antagónica e interesante, pero nada fácil (sobre todo por la hora) propuesta local a dúo que, además de ofrecer una oscura y extrema electrónica hardocore, se movió con solvencia sobre el escenario con una impactante imagen y un martilleante sonido: ataviados con pasamontañas gore con un solo bajo y un sintetizador, escupieron repetitivas proclamas nihilistas ante un público… atónito.
 
Nova Twins.
Foto: Robbie Ramone
En el escenario grande aún con el astro diario ajusticiando, aparecieron
Nova Twins, dúo londinense formado por Amy Love (voz y guitarra) y Georgia South (bajo) que sorprendieron con una original, pero desconcertante actuación por su capacidad para sonar metaleras a lo Lacuna Coil y además discotequeras a lo Spcie Gril. Con una imagen colorida y glamurosa avasallaron con líneas de bajos muy marcados y electrónica bailable que fue muy bien recibida por un entusiasta y numerosos público.
 
De vuelta al escenario en sombra, las madrileñas Tiburona, ofrecieron  con desparpajo y simpatía una buena dosis de garaje beat básico con excelentes y compartidas armonías vocales y corales de aire retro, entre los que se colaron algunos ambientes sonoros más elaborados e incluso oscuros. El reivindicativo power trío de guitarra-bajo-batería no se olvidó de apoyar las causas justas, en este caso local, la de las personas que trabajan en el establecimiento La Suiza, condenadas por reclamar sus derechos sindicales.  
 
Enter Shikai.Foto: Robbie Ramone

Sin ser de noche aún, aparecieron Enter Shikari, la veterana banda británica de
Hertfordshire, ofreció un apabullante  post-harcore industrial en que tuvieron cabida diferentes cruces de camino entre el metal y la electrónica, con momentos para la épica cercana al heavy, cuyos arrebatos guitarreros cedieron terreno ante las percusiones en el tramo final de la actuación, rebajando la algarabía sónica.
 
Con la noche templando en lo atmosférico The Last Internationale calentaron a base de bien las muchas almas de raíz rockera congregadas. El dúo neoyorkino formado por Edgey Pires en la guitarra y Delila Paz a la voz… ¡y qué voz! ofreció en formato cuarteto un aguerrido, intenso y emociónate recorrido por los sonidos del blues soulero que comenzó directamente tirando de los MC5 con una versión alargada de «Kick Out The Jams» para continuar con la cantante de origen boricua como empoderada soulwoman  lanzándose  al público  de espaldas, y continuar cantando a pie de pista entre los exaltados seguidores… mientras el no menos enfervorecido guitarrista se volvía loco con las seis cuerdas, contagiando aún más al público el delirio generalizado. Elegancia y fuerza a la par.
 
The Last Internationale:Foto Robbie Ramone
 
Gran actuación ¡cómo no! fue la de los esperados Descendents, que ofrecieron una aceleradísima descarga de reconocibles melodías sin apenas pausas. Sonaron ya de inicio como un petardo en el culo de Joey Ramone «Hope», «Silly Girl» o «Clean Sheets»… y así hasta el final «Suburban Home».  La propuesta punk rock de los californianos estuvo salpicada en algunos momentos por espídico guitarreo hard-punk  «I Like Food» o «Everything Sux», con Stephen Ergton incólume en la guitarra y Milo Ackerman enchufadísimo cantando y manejándose con solvencia por un lado y otro del escenario. Trepidante y corta actuación la de esta veterana peo muy en forma banda  con los que el entusiasmado público recuperó el punk-rock noventero en su versión menos convencional. Supo a poco. 
 
Biznaga, reubicados en horario nocturno salieron fortalecidos y comprometidos, con las camisetas en apoyo a la causa comentada con Tiburona, mostrando una actitud más allá de lo musical que a la vez casa a la perfección con sus letras. Comprimieron un repertorio con canciones principalmente de su todavía  último y valioso Bremen no Existe, pero prestando ya algunas de las que aparecerán en su nueva entrega como «Salud mental» y «El Entusiasmo», ésta última cantada por unos seguidores que se sabían ya la letra. Recuperaron un par de clásicos de su primer disco Centro Dramático Nacional  para anunciar su reedición en el décimo aniversario de su publicación. Vertiginosos y emocionantes, acabaron en catártica protesta urbano-costumbrista  con los himnos punk «Madrid Nos Pertenece» y «Una Ciudad Cualquiera».  

Royal Blood. Foto: Robbie Ramone

Cerraron el escenario grande Royal Blood que sonaron a mayor volumen que las bandas que le precedieron, excesivo incluso en algunas fases, también en cuanto a la despistante iluminación. El dúo formado por Mike Kerr en el bajo y voz y Ben Thatche a la batería, se hizo acompañar por un teclista y percusionista que con sus arreglos, sobre todo en las canciones menos aceleradas (junto a algunos momentos de distorsión melódica  en el bajo que hicieron recordar a QOTSA, lograr matizar su propuesta de rock colosal y bailable que volvió loca a una muchedumbre entregada y de la que rescataron bastantes clásicos de su estreno homónimo: «Out Of The Black» de inicio, «Figure It Out» para finalizar o «Little Monster» a la que le sobró el incensario y aburrido solo de batería.
 

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