26 agosto 2024

Canela Party (22-8-24) Recinto Ferial de Torremolinos - BIG THIEF - CURTIS HARDING - STANDSTILL - SLIFT - ISRAELFERNÁNDEZ, LALE SOTO Y FRENTE ABIERTO - VIVA BELGRADO - GHOSTWOMAN - FIN DEL MUNDO - MEEKY - MARGARITA QUEBRADA. Publicado en la web Rock & Roll Army

Big Thief. Foto:  José Andrés Albertos
 
Tras la fiesta de bienvenida gratuita del miércoles, el, primer día de abono se presentaba como el más ecléctico de las tres jornadas restantes, con muy variadas e incluso antagónicas propuestas entre las que se repartió el numeroso y heterogéneo público, tanto en edad como en pelaje y gustos... según camisetas (la de Alcalá Norte fue la que más se vio). 
 
La tarde comenzó con Meeky que desplegaron con ilusión pop guitarrero, juvenil y ratonero en baja fidelidad que según avanzaba el final, evolucionó hacía sonidos post-punk en su versión atmosférica con los teclados asomando con desparpajo entre las eléctricas. Incluida versión de los punk-rockeros californianos Joyce Manor. Los residentes en Madrid, valoraron agradecidos al nutrido grupo de post-milenial, como ellos, aguantar la solana. La distorsión de voz, aunque no abusaron, no le sentó bien a sus canciones, no así el confeti que se lanza al final de cada actuación de este festival.
 
Fin del Mundo. Foto: Javier Rosa
 
Fín Del Mundo sufrió la severidad de la tarde en el escenario orientado hacia el oeste, y los rigores climáticos que sufren en su Patagonia natal se convirtió en antagonista sensación según se encendían sus pómulos y hombros, lo que no impidió que la sonrisa dejará de asomar en sus rostros. Siguen ganando adeptos en cada actuación  y para la ocasión se congregó un buen puñado de seguidores y bastantes curiosos,  que se movieron según el arrebato de las tormentosas melodías y volcánicos ritmos de consistente pegada, en un repertorio principalmente instrumental, entre las que se cuelan letras precisas en su poética medida, en contraposición a los cataclismos distorsionados de las guitarras. Las bonaerenses de adopción presentaron canciones nuevas. «Una temporada en el invierno» y «Vivimos lejos» sin olvidar sus inicios con la canción que les da nombre y afianzar el presente con canciones ya coreadas como la tensa emoción de «La noche».
 
Tampoco le favoreció el horario de media tarde a Ghostwoman, que sustituyeron la baja a última hora de Bar Italia. El dúo formado por Evan Uschenko en la eléctrica y sintetizador e Ille Van Dessel en la batería, ofrecieron un monolítico y atrayente concierto principalmente instrumental, de cambiantes y turbulentos ritmos, entre los que se retorcía la guitarra y la voz en recitado de él, sobre la machacona y primitiva batería de ella. Distorsión oscura con espacio para la tensión fronteriza, sonidos trascendentes, pero crudos y torsión oclusiva para una cinematográfica y negra 'murder ballad' con el interfecto teatralizando cual amenazante killer. Una actuación impactante.
 
Ghostwoman: Foto: Javier Rosa
 
Con Viva Belgrado el ambiente tomó otro color, tanto en  número como en edad del público. Los cordobeses lograron congregar a una multitud de jóvenes entusiastas: universitarios y de recién estrenada mayoría de edad incluso. Fue un gusto ver el entusiasmo que emanaba del escenario y como, en la pista era recibido el aluvión de hard-pop agresivo de actitud punk. Todo un torbellino melódico de enérgica y acelerada rabia, bien construido bajo el tamiz de la melodía pop voluminosa y potente. «Un Tragaluz» desató el delirio para acabar en hardcore puro y duro con la chavalada disfrutando y reafirmándose como generación con futuro... y más.
 
Cambiaron totalmente las tornas, aunque sorprendió ver también gente joven, del sur principalmente, con camisetas de Triana… en la antagónica propuesta que llenó el recinto en el tránsito hacia la noche. Israel Fernández, Lela Soto y Frente Abierto  presentaron por primera vez su proyecto conjunto que vincula la tradición flamenca con los sonidos oscuros y progresivos junto a atmósferas brumosas de tradición popular. Israel, flamenco contemporáneo, se alternó con Lela, de la legendaria familia Sordera, entrando y saliendo a escena cada dos canciones para acabar convergiendo ambos con la banda de acertado nombre: Frente Abierto, en la que convivían con respeto la guitarra eléctrica,  la flamenca y el sonido electrónico. Más cercana ella, más trascendental él, atraparon entre vaporosos ecos envilecido en sus momentos más íntimos por el sonido de la pequeña carpa de DJs.
 
Curtis Harding. Foto: Javier Rosa
 
Otra de las propuestas más personales teniendo en cuenta el contexto sonoro de la noche, fue la de Curtis Harding. El afroamericano de Michigan aportó un exuberante y colorido surtido de soul retro con muchas dosis de dub sinuoso, roots elegante y down tempo. Puso bailar a las filas delanteras sostenido por un entramado instrumental brillante y de ritmo envolvente, para pisar también los terrenos del blues tribal, con animado duelo de batería y congas... a falta de la sección de viento. No rehuyó las sendas, rock-soul clasicista de guitarras nítidas y resplandeciente, por momentos parecía que Joe Cocker sed había subido al escenario.
 
Los esperados Big Thief pillaron a sus numerosos seguidores con el pié cambiado, pues se preveía repaso de algunas de sus tantas y conocidas melodías, de hecho abrieron con la trepidante emoción de «Shark Smile», pero no fue así. Hasta cuatro canciones nuevas  fueron las presentadas, destacando los cerca de diez minutos de «Incomprhensible», un torrente sonoro que serpenteó entre el intimismo rítmico y la catarsis de distorsión instrumental, en uno de los pocos momentos en que Buck Meek aportó en la voz. También sorprendieron con una formación de dos baterías y nuevo bajista, reforzando los ya de por sí percutidos ritmos del ahora quinteto. Adrianne Lenker apostó por los parajes más introspectivos de guitarra y voz, aunque « Dragon New Mountain I Believe In You» sonó más briosa… y no se olvidó de «Not» y la inevitable «'Masterpiece» con la que concluyeron  un concierto nada condescendiente que pareció indicar punto de inflexión.
 
Standstill. Foto: José Andrés Albertos
 
Standstill se presentaron comentando que era un regalo esta gira especial.... un regalo como homenaje propio a su carrera y a ellos mismos, eficientes músicos como  demostraron una vez más, además de a su público fiel con el que han compartido tanto. Sonaron los clásicos por aclamación: «¿Por qué me llamas a estas horas?», «Adelante Bonaparte »... sin olvidarse de sus orígenes puramente hardcore, cuando cantaban en ingles. Actuación sin sorpresas, aunque tampoco hacía falta. 
 
Los franceses Slift si que sorprendieron con una gran actuación a base de psicodelia, stoner, space rock y hardcore oscuro, sonidos todos ellos tamizados por la distorsión. Guitarra, bajo y batería compenetradisimos en constante virulencia sonora con ramalazos de rock psicótico y trash oclusivo. Les acompañó el horario con un público enloquecido bailando el ciclón circular y centrifugo del hardcore, para bajar revoluciones en retrospectivas interestelares colectivas. Asombrosa actuación. 
 
Con Margarita Quebrada se cerró el círculo juvenil iniciado por la tarde. En este caso, ambase de electro-punk de batería machacona con valiosos sintetizadores oscuros y abusiva distorsión metálica de la voz para deleite del público de la madrugada. No faltó la inevitable colaboración de Xenia en un par de canciones.

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